Un informe realizado por un grupo de expertos de Naciones Unidas señala que el país asiático habría suministrado armas a Siria y Myanmar e incluso habría ayudado al gobierno de Bashar al Assad a desarrollar armas químicas.
Un informe realizado por un grupo de expertos de Naciones Unidas (ONU) y publicado en la prensa de Estados Unidos este sábado asegura que Corea del Norte ha sido capaz de burlar numerosas veces las sanciones impuestas por la comunidad internacional por su programa nuclear y balístico, y ha conseguido ingresar a las arcas fiscales unos US$200 millones gracias a la exportación de productos.
Esa cifra la habría conseguido en apenas nueve meses, añade el reporte, que asegura que Corea del Norte utiliza puertos chinos, malasios, vietnamitas y rusos para vender carbón.
Asimismo, los investigadores sospechan que el régimen de Kim Jong-un ha suministrado armas a Siria y Myanmar e incluso habría ayudado al gobierno de Bashar al Assad a desarrollar armas químicas.
De esta forma, los expertos afirman que Pyongyang aún es capaz de acceder al sistema financiero global a través de "prácticas engañosas combinadas con las deficiencias críticas que existen en la implementación de las sanciones financieras”. Además, sigue participando de "acuerdos de armas convencionales y de operaciones cibernéticas para robar secretos militares”.
¿Última oportunidad?. A juicio de los especialistas, los diplomáticos norcoreanos "siguen jugando un rol vital en los programas prohibidos”, y resalta el hecho de que la ampliación de las sanciones contra Pyongyang ha carecido de voluntad política de la comunidad internacional para aplicarlas de forma coordinada.
Incluso habría falta de recursos para implementar las medidas aprobadas por Naciones Unidas. Y advierten: "Este año podría ser la última oportunidad antes de que un potencial error de cálculo tenga consecuencias desastrosas para la paz internacional”.
El Consejo de Seguridad de la ONU acordó en diciembre de forma unánime reforzar las sanciones, después de que las anteriores medidas punitivas no surtieran el efecto deseado y no disuadieran al régimen de Pyongyang de seguir desarrollando su programa nuclear y balístico.
Las nuevas sanciones redujeron a una cuarta parte (de dos millones de barriles a 500.000 barriles anuales) los suministros permitidos de productos petrolíferos como gasolina, diésel y crudo pesado.