El presidente del Parlamento, el opositor Henry Ramos, celebró la noticia, mientras que el diputado oficialista Hauma El Troudi dijo que el gobierno sabrá responder “a esta arremetida de Almagro y sus lacayos”.
La decisión del secretario general de la OEA, Luis Almagro, de invocar este martes (31.05.2016) la Carta Democrática Interamericana para evaluar la situación política de Venezuela, provocó un terremoto en ese país sudamericano.
El presidente del Parlamento, el opositor Henry Ramos, celebró la noticia, mientras que el diputado oficialista Hauma El Troudi dijo que el gobierno sabrá responder “a esta arremetida de Almagro y sus lacayos”.
Ramos recordó, en una rueda de prensa, que la oposición había solicitado la activación de la Carta Democrática. Asimismo, el dirigente opositor recalcó que la situación del país “no se puede ocultar más ni con gestiones de carácter burocrático ni con gestiones de carácter diplomático”. Sin embargo, recordó que la decisión de Almagro apenas permitirá que se debata el caso de Venezuela en el seno de la OEA, y poco más.
Pese a ello, Ramos adelantó que la oposición pidió formalmente que se les permita exponer ante el Consejo Permanente. “Ahí no vamos con conjeturas, ahí vamos con pruebas, con documentos públicos, con hechos concretos, y por supuesto, desearíamos que cuando expresemos allí lo que tenemos a bien expresar, esté presente la representación del Gobierno del presidente Maduro”, dijo.
“Arremetida imperial”. Por su parte, el diputado oficialista Haiman El Troudi, del Bloque de la Patria, dijo que todos los venezolanos “sabrán responder a la arremetida imperial del secretario general de la OEA y sus lacayos”.
El parlamentario participó en una marcha de los transportistas, que deseaban mostrar su respaldo al presidente Nicolás Maduro. “Con las fuerzas vivas de nuestro pueblo sabremos responder a esta pretensión injerencista del señor Almagro y de toda la oligarquía venezolana, que pretende la restauración de sus intereses en el país”, dijo el político.
Almagro pidió una reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, con sede en Washington, entre el 10 y el 20 de junio, para determinar si Venezuela ha sufrido una alteración del orden constitucional que afecte la democracia. “En Venezuela se perdió la finalidad política”, escribió Almagro. “Se olvidó defender el bien mayor y colectivo a largo plazo sobre el bien individual a corto plazo”, apuntó.
En la sesión se analizaría la grave situación que vive el país sudamericano y, si los dos tercios de los 34 países miembros votan a favor de la activación de la Carta Democrática, Venezuela quedaría suspendida de la organización. A pesar de que su alcance no va más de allá de las gestiones diplomáticas, la Carta Democrática podría poner presión sobre Maduro para que cumpla con las exigencias de la oposición, entre ellas la convocatoria a un referéndum revocatorio de su mandato.
La intervención extranjera directa (cascos azules u otras fuerzas) no está prevista en la Carta Democrática.
