Un grupo de legisladores aliados en la sombra del oficialismo están detrás de militantes de los partidos de oposición para persuadirlos a que se postulen a las elecciones parlamentarias previstas para diciembre
Caracas. Cuando un partido político venezolano le pidió a Henry Arias que se postulara como candidato a diputado para la Asamblea Nacional en una plataforma opuesta a la del presidente Nicolás Maduro, el líder sindical les dijo rápidamente que en realidad no representaba a la oposición, y los rechazó.
Semanas antes del acercamiento, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) del país cambió las directivas de los principales partidos de oposición para asignarlas a diputados que habían sido expulsados de esas organizaciones políticas por acusaciones de corrupción con el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Ahora un grupo de legisladores aliados en la sombra del oficialismo están detrás de militantes de los partidos de oposición para persuadirlos a que se postulen a las elecciones parlamentarias previstas para diciembre, dijeron una docena de diputados opositores y dirigentes conocedores de los contactos.
La premura en conseguir candidatos es porque en agosto deben consignarse las listas de aspirantes ante el organismo electoral.
"Ni con recursos participaría", dijo Arias, trabajador del estado Bolívar, al sur de Venezuela. "Eso es traicionar a la familia y a uno mismo (...) Eso es para terminar de quitar la Asamblea Nacional a la oposición", añadió.
Sindicalistas, líderes estudiantiles y militantes de los partidos han recibido llamadas este mes de las directivas impuestas en los partidos opositores tanto en Caracas como en el interior del país, según las fuentes.
El esfuerzo indica que al gobierno le preocupan las elecciones, que podrían complicarse por la pandemia del COVID-19. Para el oficialismo es clave recuperar la única institución en la que no tiene dominio.
El período de la Asamblea Nacional termina el 5 de enero de 2021, y una pérdida de control del Legislativo complicaría la situación de Guaidó, quien es reconocido como líder de Venezuela por decenas de países, porque su declaración de presidencia interina en 2019 emanó de su condición de jefe del parlamento. Maduro dice que el opositor es un "títere" de Estados Unidos.
Los opositores nombrados por el TSJ como líderes de Primero Justicia, Voluntad Popular y Acción Democrática niegan trabajar para Maduro y dicen que los militantes los han elegido porque están cansados del liderazgo opositor existente.
"No sé si hay candidatos. Habrá reuniones para determinar eso", dijo José Brito, designado por la tribunal para dirigir Primero Justicia tras de ser expulsado en 2019. "Venimos de las bases de PJ, de una rebelión de las regiones. Estamos allí con una visión que va más allá de la repartición de cargos".
Armar un Congreso. La oposición, encabezada por Guaidó, no ha reconocido las elecciones legislativas, después que el máximo tribunal nombró las autoridades electorales, omitiendo al Congreso, y esa directiva del Consejo Nacional Electoral convocó los comicios para el 6 de diciembre, elevando el número de escaños en el parlamento de 167 a 277.
Algunos adversarios de Maduro han abordado con cautela la idea de unirse a las elecciones, pero insisten en que solo lo harían si el gobierno mejorara las condiciones.
En al menos 10 de los 23 estados los aliados del oficialismo han contactado a los dirigentes, señalaron legisladores consultados, quienes agregaron que ese grupo no tiene suficiente militancia y la están buscando incluso para organizar los comicios. "En el interior la pesca es muy intensa", agregó un diputado para referirse a ese proceso.
Héctor Pinto, líder estudiantil del central estado Aragua y vinculado con Primero Justicia, recibió en julio un mensaje vía Whatsapp de una persona de la "nueva directiva" del partido quien le escribió que "se sumara al cambio político" y hacer "de PJ uno de los más votados" en las elecciones de diciembre.
"Sabemos que ellos están usurpando y me negué a aceptar su propuesta", dijo Pinto que divulgó la conversación en las redes sociales. "Sé que han contactado a miembros de la secretaría juvenil del partido en otros estados y se han negado", señaló.
Los aliados del oficialismo saltaron a la fama a inicios de año. Previo a la elección de la directiva del Parlamento, la oposición denunció entonces que dirigentes oficialistas intimidaron a diputados para que no votaran por Guaidó el 5 de enero de 2020 como presidente del Congreso.
Un grupo de legisladores cedió a las presiones y el día de la elección se generó un confuso episodio en el cual esos parlamentarios que habían cambiado de bando y los oficialistas designaron como jefe de la Asamblea a Luis Parra, un diputado expulsado de las filas opositoras, mientras Guaidó fue reelegido en una sesión fuera del palacio legislativo.
Los líderes tradicionales de los partidos han rechazado los fallos de la máxima corte e intentan mantener el control de las organizaciones políticas.
Emilio Graterón, coordinador nacional de Voluntad Popular admitió que han llamado a dirigentes del partido y "muy pocos han aceptado los ofrecimientos". En Acción Democrática, solo 2 de 25 secretarios de la organización se fueron con la directiva impuesta por el TSJ, señaló Piero Mauron, diputado y líder del partido.
Javier Torres fue otro sindicalista que a mediados de julio fue contactado para proponerle que fuera candidato a diputado y rechazó la propuesta. "Esos partidos están buscando reclutar candidatos de la dirigencia sindical (...) No nos vamos a prestar para servir al régimen", agregó.