Una marea de opositores llegó a la capital venezolana desde varias ciudades del país, muchos de ellos sorteando cierres de carreteras y controles de las fuerzas de seguridad, para desbordar tres avenidas y pedir diligencia en el proceso para convocar la consulta en contra del mandatario socialista.
Caracas. Al menos un millón de venezolanos marcharon el jueves en la "toma de Caracas", la manifestación opositora más grande de la última década, para presionar por la realización de un referéndum revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro.
Una marea de opositores llegó a la capital venezolana desde varias ciudades del país, muchos de ellos sorteando cierres de carreteras y controles de las fuerzas de seguridad, para desbordar tres avenidas y pedir diligencia en el proceso para convocar la consulta en contra del mandatario socialista.
"Para que la nación pueda decir su palabra es preciso convocar una consulta electoral adelantada, y tal consulta tiene nombre y apellido en nuestra constitución: su nombre es referendo y su apellido es revocatorio", dijo el jefe de la alianza opositora, Jesús Torrealba, en el epílogo de la masiva concentración.
"Eso es lo que estamos exigiendo", agregó ante la algarabía de cientos de miles de seguidores ataviados con camisetas blancas y gorras amarillo, azul y rojo, los colores de la bandera venezolana.
Testigos de Reuters y opositores calcularon que al menos un millón de personas de todas las edades protestaron en un ambiente festivo, circundadas por uniformados, colmando unos 20 kilómetros de vías.
En las principales ciudades del país petrolero, otros miles también se concentraron para apoyar a la oposición.
Desde principios del 2014, cuando una ola de protestas antigubernamentales sacudió al país y dejó 43 muertos, la oposición no había logrado organizar marchas multitudinarias.
En paralelo, en la mayoría de las capitales de Latinoamérica y en algunas ciudades de Europa y Estados Unidos, también se realizaron manifestaciones de apoyo a la oposición venezolana.
La oposición busca revocar el mandato de Maduro, que culmina a principios del 2019, por considerarlo el principal culpable de la crisis que tiene a miles haciendo enormes colas diarias en busca de alimentos y medicinas escasos, en medio de una inflación que no da tregua y una recesión económica de dos años.
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¿Ola de marchas? Torrealba, secretario de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), dijo que la oposición acudirá el miércoles a las sedes del Consejo Nacional Electoral (CNE) en todo el país para seguir exigiendo la pronta convocatoria del plebiscito, ya que, si se realiza después del 10 de enero y Maduro es revocado, sería su vicepresidente el encargado de completar su mandato.
El árbitro electoral ha dicho que la recolección de firmas necesarias para convocar al revocatorio se llevaría a cabo a fines de octubre, lo que aleja la posibilidad de que la consulta se realice este año, pues organizar el plebiscito tardaría al menos tres meses.
Para el miércoles 14 de septiembre, la oposición también convocó a movilizaciones de 12 horas en las capitales de todos los estados del país.
"Han tenido el poder 17 años y no han hecho nada. Ya se les acabó el tiempo. Este gobierno no funciona", dijo Naty Gutiérrez, una jubilada de 53 años que condujo desde la ciudad central de Maracay, a 123 kilómetros al oeste de Caracas.
Hubo pocos incidentes durante la concentración. Un canal de televisión reportó que uniformados rociaron gases lacrimógenos a manifestantes que caminaban por una vía de acceso a Caracas. En otro punto, las fuerzas de seguridad repelieron con dos bombas lacrimógenas a quienes intentaban romper un cordón de seguridad.
Más tarde, sin embargo, algunas decenas de encapuchados se enfrentaron con piedras y bombas molotov a la policía que los dispersó con bombas lacrimógenas.
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"Triunfó la paz". Al otro lado de la ciudad, en el centro, miles de seguidores del presidente Maduro también se juntaron para mostrar apoyo a la "revolución socialista", pero la congregación estuvo lejos de emular los llenos que provocaba el fallecido líder Hugo Chávez.
La popularidad de Maduro, un ex chofer de autobús de 53 años, se ha hundido desde que asumió la presidencia del mayor exportador de crudo de Sudamérica en abril del 2013. Sin embargo, aún cuenta con una base leal de apoyo cercana al 20% de los votantes.
"La oposición, con su marcha, quiere tumbar al Presidente, pero no van a poder", dijo Adriana Jiménez, una funcionaria de 44 años que participó de la movilización oficialista. "No tienen la gente, no tienen el pueblo".
Maduro insistió el jueves en que el revocatorio no se llevará a cabo este año y que la marcha de la oposición tenía un objetivo subrepticio de desbancarlo, tal y como sucedió en el 2002 con un breve golpe de Estado contra su predecesor, Chávez.
"Quisieron encender Caracas, pero triunfó la paz. Quisieron amenazar al pueblo patriota y el pueblo se fue a las calles", dijo el mandatario ante miles de sus seguidores, vestidos en su mayoría con el rojo característico del partido de gobierno.
El mandatario denunció que un puñado de personas fueron detenidas antes de infiltrarse en la marcha opositora para generar caos. La oposición informó que en las últimas horas se arrestó a un puñado de sus dirigentes y a dos alcaldes; y que a una decena de periodistas extranjeros se les prohibió la entrada al país para reportar las manifestaciones.