En el sondeo de Datafolha, el 65% de los encuestados cree que la economía, que sigue débil después de una recesión que acabó hace dos años, estará mejor en unos meses. La optimista calicación fue la más alta registrada desde 1997.
El Observador de Uruguay. El optimismo de los brasileños de que su economía, la más grande de América Latina, mejorará pronto, se disparó drásticamente, según una encuesta publicada este domingo, a días de que asuma el nuevo presidente, Jair Bolsonaro.
En el sondeo de Datafolha, el 65% de los encuestados cree que la economía, que sigue débil después de una recesión que acabó hace dos años, estará mejor en unos meses.
Es un gran salto con respecto a la última encuesta en agosto, cuando solo el 23% pensaba que se avecinaba una mejora.
El ultraderechista Bolsonaro ganó las elecciones de octubre con una agenda pro empresa que prometía recortar la gran deuda de Brasil, dar paso a las privatizaciones y respaldar los poderosos intereses agrícolas y mineros por encima de las preocupaciones ambientales.
También ganó el apoyo de los votantes al criticar al Partido de los Trabajadores (PT) de izquierda que gobernó a Brasil desde el auge hasta el declive, entre 2003 y 2016, y que se ve afectado por múltiples escándalos de corrupción.
El periódico Folha de Sao Paulo dijo que la optimista calicación fue la más alta registrada desde que Datafolha comenzó a medirla en 1997.
Agregó que si bien el optimismo público generalmente se dispara antes de que un nuevo presidente tome el poder, la sensación de fortaleza ante la presidencia de Bolsonaro es más alta que la de sus antecesores.
Según la encuesta, que consultó a 2.077 personas entre el 18 y 19 de diciembre, dos tercios de los brasileños creen que su situación financiera personal mejorará en 2019 y que casi la mitad estima que el desempleo disminuirá.
Bolsonaro goza de 75% de popularidad en Brasil, según una encuesta publicada el 13 de diciembre por otra consultora, Ibope.
Los analistas dicen que el respaldo público podría ayudar a Bolsonaro a impulsar las reformas económicas en el Congreso, donde confía en alianzas ad hoc con diputados que comparten los puntos de vista de su base.