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Papa Benedicto XVI busca profundizar la fe y los cambios en Cuba
Lunes, Marzo 26, 2012 - 15:53

Raúl Castro y Benedicto XVI podrían cimentar una alianza clave cuando La Habana busca apoyos para actualizar la economía sin renunciar a su ideario socialista y la Iglesia intenta tener un mayor peso social.

Santiago de Cuba. El Papa Benedicto XVI llegará el lunes a Cuba para una visita de tres días en la que se reunirá con el presidente Raúl Castro para afianzar lazos entre las dos instituciones más influyentes del país, pese a sus visiones contrapuestas sobre el modelo socialista vigente en la isla desde hace más de cinco décadas.

Decenas de miles de cubanos se alistan en Santiago de Cuba para brinda una jubilosa recepción al Sumo Pontífice alemán, quien a sus 84 años se embarcó en una pequeña gira por la región para reavivar la fe católica frente al creciente empuje de populares credos protestantes, como evangelistas y pentecostales.

Desde el histórico encuentro entre el fallecido Juan Pablo II y el ex presidente Fidel Castro en 1998, la Iglesia Católica se ha convertido en el principal interlocutor del Gobierno en asuntos tan sensibles como presos políticos y grupos disidentes.

Aunque con menos magnetismo mediático que sus respectivos predecesores, Raúl Castro y Benedicto XVI son vistos como líderes más pragmáticos y el encuentro podría cimentar una alianza clave cuando La Habana busca apoyos para actualizar la economía sin renunciar a su ideario socialista y la Iglesia intenta tener un mayor peso social a través de programas sociales y educativos.

"La visita de Benedicto será algo trascendental", dijo Verónica Sánchez, una estudiante mexicana que no pudo asistir a los actos en su país pero que podrá sentir en Cuba la estadía del Papa. "Realmente, Juan Pablo II fue un Papa muy carismático y popular, aunque no me gustan las comparaciones", agregó.

El Santo Padre será recibido por el presidente en el aeropuerto de Santiago, luego de cumplir en México una visita en la que pidió renovar la fe pese a la dramática violencia del narcotráfico, pero evitó entrar en los polémicos casos de pederastia en el segundo país con más católicos en el mundo.

Apertrechados con botellas de agua para sofocar el asfixiante calor caribeño y ondeando pequeñas banderitas de Cuba y del Vaticano, unas 200.000 personas asistirían en la tarde a la misa que oficiará el Sumo Pontífice en la segunda mayor ciudad de la isla.

Para el martes, el Papa rendirá homenaje a la Virgen de la Caridad en el cercano santuario de El Cobre, donde reposa la mítica imagen de la patrona cubana que cumple 400 años de su descubrimiento por unos pescadores en el mar. En la tarde volará a La Habana para entrevistarse formalmente con Raúl.

No está claro si Benedicto se reunirá también con Fidel, de 85 años, o con el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien está en Cuba sometiéndose a una radioterapia para combatir el cáncer que le fue diagnosticado el 2011.

Ni comunismo, ni embargo. La visita del Papa Benedicto XVI corona un momento dulce entre la Iglesia y el gobierno, que vivieron décadas de hostilidades tras el triunfo de la revolución en 1959, aunque viene precedida de unas declaraciones frontales contra el comunismo.

"La ideología marxista en la forma en que fue concebida ya no corresponde a la realidad", dijo la semana a bordo del avión papal en su camino hacia Latinoamérica. "Nuevos modelos deben ser encontrados con paciencia y de forma constructiva", añadió el Papa, afirmando que la Iglesia puede ayudar en ese camino.

El gobierno impulsa centenares de reformas para dar mayor cabida al emprendimiento privado y aligerar considerablemente la abultada nómina estatal, lo que ha generado expectativas y temores en el país de 11 millones de habitantes acostumbrado a décadas de centralismo económico al estilo soviético.

"A los cubanos nos gustaría que la visita del Papa tuviera repercusiones para acabar con el bloqueo, pero no necesitamos un nuevo sistema", dijo Sergio Teyes, un hombre de 40 años cerca de su Chevrolet Deluxe de 1950 en el que suele llevar a turistas a pasear por la ciudad.

Pese a las críticas hacia el comunismo, el Vaticano también rechaza abiertamente el embargo que Estados Unidos impuso contra Cuba hace 50 años.

Por otra parte, Benedicto XVI no tiene en su agenda recibir a líderes disidentes, que habían pedido un minuto con el Papa para pedir mayor libertad política y respeto a los derechos humanos.

Las Damas de Blanco, un grupo de mujeres católicas que pide la liberación de presos políticos, dicen que las autoridades mostrarán al Santo Padre una Cuba "que no existe" y aseguran que les han prohibido manifestarse durante la misa del pontífice.

"Estuve esperando por varias compañeras en el centro de Santiago pero nunca llegaron. Al parecer las detuvieron para frustrar la protesta que teníamos planeada para la visita del Papa acá", dijo Aimeé Garcés, una disidente en Santiago, cuya denuncia no pudo ser confirmada por otras fuentes.

Unas 30 mujeres de este grupo se manifestaron el domingo, como todos las semanas desde hace ocho años, en una conocida avenida de La Habana en medio de una gran cobertura de los medios, luego de que el arresto la semana pasada de varias de ellas arreció los temores de conflicto durante la visita papal.

Autores

Reuters