Nueva oleada de disturbios se desatan en el oriente de Ucrania desde la semana pasada cuando activistas simpatizantes de Moscú tomaron varios edificios del gobierno en varias ciudades, lo que originó la muerte de un simpatizante pro-ruso este domingo.

 Moscú. "La situación en el sudeste de Ucrania está tomando un giro peligroso", planteó este domingo el ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.

Un oficial de seguridad y un activista simpatizante de Rusia murieron durante una incursión realizada por fuerzas especiales ucranianas en una ciudad oriental, en la que este sábado hombres armados a favor de Rusia tomaron edificios de la policía y de los servicios de seguridad.

La cancillería de Rusia calificó de "atroz" la orden del presidente provisional de Ucrania, Alexandr Turchynov, de usar las fuerzas armadas para detener las protestas.

"La parte rusa pide que la crisis en el sudeste de Ucrania sea sometida una urgente discusión en el Consejo de Seguridad de la ONU y en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)", indicó el ministerio en una declaración.

De acuerdo al texto, Rusia solicita "el cese del uso del ejército contra el pueblo ucraniano" y "el comienzo del diálogo nacional por el bien de una reforma constitucional pronta y radical".

Una nueva oleada de disturbios se desataron en el oriente de Ucrania la semana pasada cuando activistas simpatizantes de Moscú tomaron varios edificios del gobierno en las ciudades de Donetsk, Lugansk y Kharkov y exigieron la celebración de un referendo sobre la autonomía y el estrechamiento de lazos con Rusia.

El 18 de marzo, el presidente ruso, Vladimir Putin, y líderes de Crimea firmaron un tratado para convertir a la parte sureña de la península en territorio ruso luego de que cerca del 97% de los votantes de Crimea aprobaron la secesión de Ucrania en un referendo.

Kiev rechazó el referendo y la integración de Crimea a Rusia y señaló que son hechos inconstitucionales.