La supuesta nota del Ejército del Pueblo Paraguayo señala a la prensa como un "nuevo objetivo militar" del pequeño grupo armado de extrema izquierda que sembró el terror en el norte del país.
Asunción. Las autoridades paraguayas analizaban este jueves la autenticidad de un supuesto comunicado del llamado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) que amenazaba a medios de comunicación, un día después de la explosión de un artefacto casero en un canal de televisión asunceno.
La nota divulgada en medios locales señala a la prensa como un "nuevo objetivo militar" del pequeño grupo armado de extrema izquierda que sembró el terror en el norte del país hace poco menos de año y al que la policía busca afanosamente.
"La prensa libre carece de libertad y aborrece la verdad. Se ha convertido en agente operativo de las fuerzas contrarrevolucionarias y en sembradora del odio, la opresión, la muerte, la mentira", sostuvo el documento.
El viceministro de Seguridad Interna, Carmelo Caballero, dijo que expertos de la cartera se encontraban analizando la nota que fue encontrada adherida al automóvil de un abogado en los alrededores del Canal 9, donde una bomba casera explotó el miércoles.
El artefacto dejó un pequeño boquete en un muro externo del edificio pero no ocasionó heridos ni interrumpió la trasmisión. Poco después, la policía detonó otro aparato similar que se encontraba en el basurero de un parque adyacente al medio.
Las autoridades no precisaron el tipo de artefacto utilizado y no descartaron que el EPP pueda ser responsable de su colocación. Tras el incidente, la policía detuvo a un hombre de nacionalidad colombiana para averiguaciones y lo liberó este jueves.
La Secretaría de Información dijo que las autoridades se encontraban "asumiendo el resguardo de seguridad de la planta televisora de manera a preservar el normal desempeño de sus actividades".
El EPP aspira a convertirse en una guerrilla similar a las FARC de Colombia y sus miembros -muchos de los cuales fueron entrenados por el grupo colombiano- son acusados de secuestros, asesinatos y ataques a puestos policiales y militares.
La policía abatió a tres de sus líderes el año pasado.