La visión se contrapone totalmente a la visión del presidente Paraguay, quien dijo con anterioridad que en el país “ya no hay bienes malhabidos”. La Iglesia sostuvo que aún hay atraso, pobreza y marginación en la nación sudamericana.
Ante una reducida concurrencia de gente, entre quienes se encontraban el presidente de la República, Fernando Lugo; el vicepresidente, Federico Franco; ministros, diplomáticos y, como nunca, sin la presencia del pueblo, la Iglesia Católica ofició este lunes su tradicional tedeum en honor de la patria, en el 201 aniversario de su independencia.
Al acto asistieron además el nuncio de Su Santidad, Eliseo Antonio Ariotti, quien leyó un mensaje del Papa; el obispo castrense Adalberto Martínez y varios pastores evangélicos, encabezados por su titular, Santiago Maldonado.
En su homilía, Mons. Valenzuela describió un país totalmente diferente al que pintó el presidente Lugo, minutos antes, frente al Panteón de los Héroes. Por ejemplo, el mandatario aseguró “que la corrupción y la impunidad ya no tienen cabida en el Paraguay”; sin embargo, el obispo le recordó que la Conferencia Episcopal Paraguaya, en ocasión del Bicentenario, exhortaba a “superar la situación de pobreza, atraso y marginación en que vivimos”.
Había clamado por políticas públicas que diseñen y desarrollen las grandes líneas de acción para dar respuesta a las situaciones acuciantes de nuestro país.
El obispo sostuvo que la Iglesia pide vencer la impunidad y la corrupción que han invadido nuestro país y que tiene que ver con la necesidad de la reforma del Poder Judicial. En otra parte, Valenzuela recordó que aún están pendientes encauzar la reforma agraria, el combate al latifundio, la recuperación de las tierras malhabidas y la protección del medio ambiente”.
El obispo abogó nuevamente por la justa distribución de la tierra, buscando soluciones a los enfrentamientos y a las tensiones en el ámbito rural con el respeto y la puesta en práctica de las leyes vigentes. Clamó igualmente por una urgente educación integral de calidad, en todos los departamentos del país, al igual que la salud pública al alcance de toda la población paraguaya.
Monseñor Valenzuela instó a los presentes a agradecer a Dios por nuestra Patria y que sepamos orar por su futuro, sabiendo que la gracia de Dios nunca faltará. A los partidos políticos instó a superar con sabiduría, las fricciones y conflictos, de todo orden, y dejar de lado intereses personales o de grupos, para tender con voluntad política al bien común de la Patria.
Finalmente, instó a construir una nación, una gran familia, unida bajo la misma bandera de los ideales de paz, justicia, libertad, unión e igualdad, que Jesucristo los resumió en el mandamiento del amor a Dios y al prójimo.
Mensaje de Benedicto XVI. El papa Benedicto XVI envió este lunes un mensaje a la nación, saludando en nombre del presidente Fernando Lugo a todos los paraguayos.
“En el día en que su querido país conmemora su fiesta nacional, me complace manifestar a vuestra excelencia mi felicitación, que acompaño con mi incesante plegaria al Altísimo por todos los amadísimos hijos e hijas del Paraguay, para que bajo la intercesión de Santa María de Caacupé, se esfuercen por defender siempre la vida humana y proteger la familia fundada en el matrimonio, promoviendo al mismo tiempo aquellos valores que hagan la sociedad cada vez más justa y solidaria”. El mensaje fue leído por su representante, Mons. Eliseo Ariotti.