Para el candidato nacionalista Luis Lacalle Pou es políticamente muy difícil mantener un discurso en campaña rumbo al balotaje cuando ya se sabe que el rival se aseguró la mayoría parlamentaria.
Si algo le faltaba a Tabaré Vázquez para volver a la presidencia era que el Frente Amplio confirme su mayoría parlamentaria por tercera vez consecutiva. El escrutinio primario de la Corre Electoral confirmó a media tarde lo que el Equipo de Datos de El Observador adelantó a media mañana: la coalición de izquierdas logró su diputado 50 de 99 en total que tiene la Cámara de Representantes para el período 2015-2020.
Ya el domingo de noche los frenteamplistas se fueron a dormir confiados en que la carrera hacia el balotaje con el nacionalista Luis Lacalle Pou les era favorable. Los más optimistas manejaban que podían alcanzar ese resultado, pero a impulso de las fallidas proyecciones de las encuestas el objetivo realista era alcanzar 45% de los votos para tomar impulso de cara a la segunda vuelta. Pero contra todos los pronósticos llegó a 47,9%. Para el candidato nacionalista es políticamente muy difícil mantener un discurso en campaña rumbo al balotaje cuando ya se sabe que el rival se aseguró la mayoría parlamentaria. Ya le fue imposible a su padre, Luis Alberto Lacalle Herrera, cuando compitió en condiciones similares en 2009 contra José Mujica. Quizá la diferencia está en que Pedro Bordaberry le ofreció su apoyo personal y se comprometió a trabajar para ganar la Presidencia.
De todos modos las cuentas a blancos y colorados no les cerraban por ningún lado, y un tercer gobierno del FA parece ser lo más probable.
A medida que pasaron las horas desde que se cerraron los circuitos en todo el país el resultado era cada vez más irreversible, aunque por un momento hubo incertidumbre y los festejos llegaron después de las 11 de la noche del domingo.
Ya no solo le alcanza a Lacalle Pou mantener sus votos y sumar los que fueron del Partido Colorado. Tampoco en la hipótesis de que eso se cumpla y, además, lo voten los 70 mil que eligieron el domingo al Partido Independiente. La suma ni siquiera alcanza lo conseguido por el FA.
En 2009 José Mujica le ganó cómodo a Luis Alberto Lacalle Herrera en el balotaje por su buen desempeño en las urnas en primera vuelta. Este domingo el escenario fue similar, e incluso el Frente Amplio tuvo más cantidad de votos que cinco años atrás.
Más izquierda. Con las urnas abiertas se nota de forma clara que se abre el espacio de izquierda en Uruguay, si se atiende la llegada de Unidad Popular con un diputado al Parlamento (que será Eduardo Rubio) y los 17 mil votos que consiguió el Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI), que no le alcanzaron para conseguir un escaño.
Se puede inferir que el FA perdió votos por izquierda, pero sin embargo mantuvo el caudal de la elección anterior. Ello da razones para pensar que hubo blancos y colorados que votaron al Frente Amplio anteayer.
Otra conclusión evidente es que se profundiza la izquierda a la interna del FA, algo que se observa a simple vista al mirar la foto de cómo quedó Senado. El Movimiento de Participación Popular (MPP), con el empuje de Mujica, logró otra vez ser la primera fuerza del oficialismo con seis senadores. Además, la alianza con comunistas y la lista 711 suma 8 sillones en la Cámara Alta. El grupo de Raúl Sendic logró dos senadores y el Partido Comunista uno. El reparto continúa con tres senadores para el sector de Danilo Astori (Frente Líber Seregni) que retrocede en su preponderancia interna con respecto a 2009. El esquema cierra con dos senadores para el Partido Socialista y el ingreso de Constanza Moreira con su nuevo sector político.
Vázquez tendría un Senado muy distinto al que tuvo cuando fue presidente en 2004, si repite ahora en 2014. En aquel momento había más legisladores con perfil de izquierda-centro. Había dos de la Vertiente Artiguista (que queda afuera del Senado) y los grupos que hoy conforman el FLS, Asamblea Uruguay, Nuevo Espacio y Alianza Progresista, juntos eran un contrapeso al MPP. Ahora eso no está planteado, y la balanza se inclina a Mujica, que asumirá la banca y se lo señala como articulador clave en un tercer gobierno del FA.
A la interna de los partidos fundacionales también hay novedades, más por las ausencias que por las novedades. Los blancos mantienen sus 10 senadores (sin contar a Jorge Saravia que migró del FA en medio de la legislatura y en ese momento aumentó a 11 las bancas). De ese total seis serán del grupo de Lacalle Pou y cuatro de Jorge Larrañaga. Se confirma una renovación importante de la bancada nacionalista en esa cámara, ya que en el grupo mayoritario el único que repite es el herrerista Luis Alberto Heber.
El Partido Colorado, en tanto, pierde uno de los cinco senadores que tenía desde 2009. Tres de ellos serán del grupo de Bordaberry y el restante será el líder del sector batllista, José Amorín.
Votos de todos lados. El resultado de las urnas dan respuesta a algunos por qué del resultado de la elección.
El Frente Amplio se consolidó con amplia mayoría en Montevideo y Canelones. En la capital tuvo 53,5% de los votos, y en el departamento canario superó por varios miles de votos a los otros seis partidos políticos sumados. Su desempeño no se quedó solo en ciudades y capitales. Si se suman los 18 departamentos del interior, la coalición de izquierdas alcanzó 44% de los votos contra 34,4% del Partido Nacional y 14,5% de los colorados.
Por si fuera poco blancos y colorados perdieron en algunos de sus bastiones más tradicionales.
En Rivera el Partido Colorado quedó tercero, y en Salto segundo, con la mitad de los votos que el FA (ubicado en primer lugar). En Cerro Largo el Partido Nacional perdió a manos de la izquierda.
De confirmarse en noviembre la victoria de Vázquez, el Frente Amplio rompe varias tendencias históricas. Una de ellas, por ejemplo, fue manejada por el director de Cifra Luis Eduardo González y señala que 85% de los partidos desde la mitad del siglo XX en adelante pudo ser reelecto, y ninguno mantenerse tres veces. Para el politólogo es una “caja negra” que se abre.
Al mismo tiempo, la sucesión de mayoría en el Parlamento no se da desde la década del 40, cuando los colorados barrían a los blancos con facilidad mientras estaban divididos. Se podría decir también que de llegar al gobierno el Frente Amplio, desplazaría al Partido Nacional en cantidad de veces que le tocó ser gobierno. Cuesta encontrar una seguidilla similar a la que se registró el domingo.