Desde magnates como Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, hasta opositores políticos, ha crecido una oleada de respaldo a Peña Nieto, que ha podido olvidarse por ahora de su baja popularidad derivada de casos de corrupción, la violencia, el débil desempeño de la economía y en particular de un fuerte alza de la gasolina en enero.
Ciudad de México. El estilo agresivo de Donald Trump ha mantenido asediado al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, pero paradójicamente le ha servido en estos días para recibir un amplio apoyo, ante la indignación que muchos mexicanos sienten por las actitudes del mandatario estadounidense.
Desde magnates como Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, hasta opositores políticos, ha crecido una oleada de respaldo a Peña Nieto, que ha podido olvidarse por ahora de su baja popularidad derivada de casos de corrupción, la violencia, el débil desempeño de la economía y en particular de un fuerte alza de la gasolina en enero.
Peña Nieto llegó este mes al peor índice de popularidad que haya tenido jamás un presidente mexicano, de apenas 12 por ciento, según una encuesta del diario Reforma.
Los planes de Trump de cambiar las reglas del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) con México, vital para la segunda economía latinoamericana, y de construir un muro en la extensa frontera entre ambos países, han desatado ira y temor entre los mexicanos, sobre todo por las maneras poco diplomáticas del nuevo mandatario estadounidense.
Su provocación a Peña Nieto el jueves, diciendo que era mejor que no viajara a Washington el 31 de enero como estaba planeado si no tenía intenciones de que México pague el muro, fue el punto más alto de las tensiones entre ambos gobiernos, con pocos precedentes en el pasado reciente.
Peña Nieto respondió más tarde cancelando su encuentro con Trump y anunciándolo a través de Twitter, lo que le valió más "me gusta" que cuando personalmente anunció la recaptura del capo narco Joaquín "el Chapo" Guzmán en enero del 2016.
"¡Bravo EPN!", lo alentó el ex presidente Vicente Fox, quien en agosto del año pasado había criticado a Peña por invitar a Trump cuando aún era candidato.
Peña y Trump hablaron el viernes casi una hora por teléfono, en un intento por limar asperezas, y el gobierno mexicano dijo que acordaron ya no tocar públicamente el áspero tema del pago del muro.
Mientras tanto, los llamados a la unidad han crecido, liderados por Slim, quien usualmente habla poco en público pero el viernes dio una conferencia de prensa para respaldar al presidente mexicano y calmar los ánimos, diciendo que no hay que temer tanto al estilo de Trump.
"Esta unidad nacional para mí es la más sorprendente que he visto con gran gusto en mi vida", dijo Slim. "Tenemos que respaldar al presidente de México para que defienda a los intereses nacionales", agregó.
El mandatario mantuvo el viernes por la tarde una reunión con los principales líderes de la oposición, con quienes acordó destinar 47 millones de dólares a las decenas de consulados mexicanos en Estados Unidos con el fin de fortalecer la defensa de los inmigrantes, millones de ellos indocumentados.
"Es momento de mostrar unidad y nuestro compromiso por México. Elevemos el debate para cambiar el rumbo del país", tuiteó el viernes la presidenta del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), Alejandra Barrales.
Por su parte, senadores del también opositor Partido Acción Nacional (PAN), el mayor de la oposición, dijeron que desplegarán una intensa actividad en las próximas semanas con parlamentarios de Estados Unidos que no están de acuerdo con las políticas de Trump.
La credibilidad de Peña ha disminuido debido a una amplia percepción en la opinión pública de que ha fallado en combatir la extendida corrupción y él mismo ha sido criticado por un supuesto conflicto de interés en la adquisición de propiedades.
Dos altos funcionarios dijeron a Reuters que sería bueno que Peña Nieto utilice este momento para actuar contra la corrupcion y así levantar su alicaída popularidad.
