Con un reparto de actores de lujo, la película "Meister des Todes", de Daniel Harrich, recuerda un caso real: la investigación contra la empresa Heckler & Koch, que es investigada por la Justicia alemana por haber violado las leyes de exportación de armas de guerra.
El actor berlinés Hanno Koffler, en el papel de Peter Zierler, es un tirador de élite que entrena a policías y soldados mexicanos con el uso de fusiles de asalto de última generación de la empresa ficticia HSW. También es testigo de cómo la policía federal acribilla a dos estudiantes durante una manifestación en el sureño estado de Guerrero, adonde dichas armas nunca debieron haber llegado. El espectador es testigo del conflicto moral del tirador estrella. Peter Zierler es encañonado por los mismos policías que entrenó, cuando intenta ayudar a la población agredida.
En la cinta la diva alemana Veronica Ferres brinda por México, “país en donde los hombres todavía pueden ser hombres“, según dice a su marido, un ambicioso comerciante de armas interpretado por el veterano Heiner Lauterbach. Resulta curioso encontrar al actor bávaro Udo Wachtveitl, ídolo de la serie policial “Tatort“, hablando en español en el papel de intermediario con base en México, y casado con la hija de un alto general de la Sedena (Maya Zapata).
La trama recuerda un caso real. La empresa Heckler & Koch es investigada por la Justicia alemana por haber violado las leyes de exportación de armas de guerra con sus suministros a México. Gracias al testimonio de uno de sus empleados, que viajó a México para mostrar el funcionamiento de los fusiles G-36, de uso regular del ejército alemán, el activista anti-armamentista, Jürgen Grässlin, pudo interponer una demanda contra H&K en 2010.
La cinta de 90 minutos de duración será transmitida en cadena nacional por la televisión alemana (ARD) el 23 de septiembre y se espera que llegue a millones de televidentes. El periodista, guionista, productor y director Daniel Harrich (Múnich, 1983), fue galardonado por su película “Der blinde Fleck“ 1983 (La mancha ciega) , que aborda el atentado terrorista de septiembre de 1980 en el Oktoberfest en Múnich, en donde murieron 13 personas y más de 200 resultaron heridas. La cinta reveló nuevas pistas hasta entonces desconocidas, lo que impulsó la reapertura de las investigaciones después de 35 años.
-En 2014 presentó usted una película documental "Armas para el mundo-exportaciones fuera de Control", en el que ya se ocupó usted de la venta de armas. ¿Fue la preparación para esta película “Meister des Todes“ (“Mercaderes de la muerte)“?
-Fue la investigación inicial. En ese momento queríamos hacer un documental sobre un comerciante de armas ruso. Esta investigación nos llevó a México a fines del verano de 2013 y así surgió el documental “Armas para el mundo“. Particularmente trágico, y hay que decirlo, fue que estos fusiles G36 H&K, hallados en Guerrero, fueron utilizados contra dos estudiantes de Ayotzinapa. Después contra los 43 desaparecidos. Sobre este trágico suceso me enteré poco después de que fuera transmitida la película en 2014 y eso le dio una gran emocionalidad al proyecto que teníamos en manos y por así decirlo, lo puso de cabeza.
-Su película se transmite en la televisión alemana el 23 de septiembre, unos días antes de que se cumpla un año desde la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa. ¿Qué mensaje envía usted al público alemán?
-Mi objetivo es provocar la reflexión política, no señalar con el dedo para obligar al espectador a asumir una postura, sino más bien ofrecer material para la reflexión, que se pregunten si está bien lo que está pasando. A diferencia de México en donde es sumamente peligroso abordar estos temas, en donde la investigación periodística sobre corrupción política no está exenta de riesgos, aquí en Alemania si es posible hacerlo y por eso es doblemente importante hacer este trabajo aquí.
-La cinta muestra la ligereza con la que la industria de armamento alemana se comporta en países como México. De cara a las violaciones a los DD.HH. por parte de las fuerzas de seguridad prefieren cerrar los ojos. Lo único que importa es vender. Por otra parte en México el problema es la corrupción política. ¿Como percibió este complejo entramado durante sus investigaciones?
-En ese sentido no hay grandes diferencias entre México y Alemania. Por eso para mí fue fundamental tomar el caso de México y no por ejemplo, el de Colombia, Sudán, Irak o Irán, sino poner el foco en un país como México que en Latinoamérica es como Alemania en Europa. Tiene una economía relativamente fuerte, es un país grande, con muchos habitantes y con un gran potencial. México estaba hace poco a punto de rebasar a Francia por su generación de riqueza y por eso me interesaba investigar como funciona este país que en Alemania y en Europa es visto como corrupto, sobre todo a nivel político, y además, plagado de violencia. Luego nos pusimos los lentes mexicanos y miramos a Alemania. Y la verdad es que las cosas aquí no están mucho mejor. Encubrimos una industria que sistemáticamente burla las leyes de control de exportaciones de armamento de guerra. Por eso me parece que en ese sentido no se diferencia mucho de México.
-Pero en Alemania hay un Estado de Derecho que vale en la actuación de las fuerzas de seguridad y la procuración de Justicia. No se puede decir lo mismo del Ejército mexicano, ni de la policía federal, ni de la procuración de Justicia. ¿Que impresión tuvo usted sobre la actuación de las fuerzas de seguridad en México?
-México y Alemania están a buena distancia en cuanto a la aplicación de los derechos humanos fundamentales. Claro que percibo al Ejército y a la policía alemana en un nivel muy distinto. México tiene otros problemas, una composición social muy diferente. Después de varias visitas de trabajo al país me he dado cuenta de que la corrupción está ampliamente extendida hasta los más altos niveles. Particularmente en las fuerzas de seguridad urge una mejoría. En particular en estados como Guerrero, Chihuahua, Jalisco, Veracruz, la situación imperante es inaceptable. Es un caldo de cultivo para las violaciones a los DD.HH.
-¿Aporta su película nuevos indicios que pudieran interesar a la Justicia alemana, en particular en relación al caso de los fusiles G-36 H&K exportados ilegalmente a México?
-La película es parte de una amplia investigación y será interesante observar que repercusiones tiene para la Justicia a nivel federal, no contra un fabricante en particular, sino ante toda la industria de armamento en su conjunto.
-¿Después de cinco años de investigaciones por el caso de las exportaciones ilegales de armas H&K a México, qué es de esperarse?
-Hemos observado que la industria de armamento alemana burla de manera sistemática las leyes de exportación de armas de guerra, y esto no se restringe a una sola empresa, sino que se extiende a todo el sector. Nuestro objetivo es provocar una reflexión política y social, y que la gente se pregunte si quiere que en su nombre, y en el de nuestro país se siga manejando de esta manera la venta de estos productos, lo más letal que puede producirse.