La firma del llamado "Pacto por México" se realiza un día después de que asumió Peña, quien se comprometió a impulsar una profunda reforma fiscal y otra energética para "modernizar" la segunda mayor economía de América Latina.
México D.F. El presidente de México, Enrique Peña Nieto, firmó este domingo con los jefes de los principales partidos un pacto que busca facilitar el avance de reformas en el Congreso, algunas vitales para fortalecer la economía que antes fueron postergadas porque implicaban costos políticos.
La firma del llamado "Pacto por México" se realiza un día después de que asumió Peña, quien se comprometió a impulsar una profunda reforma fiscal y otra energética para "modernizar" la segunda mayor economía de América Latina, y que además le ayudarían a impulsar programas sociales.
Bajo el acuerdo, un grupo formado por representantes del Gobierno y las tres principales fuerzas políticas negociarán iniciativas y realizarán consultas a diversos sectores antes de que los proyectos lleguen al Congreso.
"Debemos dialogar para construir consensos. En esta hora decisiva de la vida de la República se requiere que los políticos hagamos de las coincidencias la base para alcanzar los acuerdos esenciales", dijo Peña durante la firma del pacto en el histórico Castillo de Chapultepec.
El secretario de Gobernación, Miguel Osorio, dijo que entre las primeras iniciativas que serán presentadas como producto del pacto está una reforma para poner orden a estados y municipios endeudados y otra en materia de Telecomunicaciones para generar más competencia en servicios de telefonía, televisión y radio.
Peña anunció el sábado tras asumir que su Gobierno también licitará dos nuevas cadenas de televisión nacional.
Reformas vs. costo político. No obstante, el grado de alcance que tendrán los proyectos dependerá de los debates en el Congreso, donde parlamentarios a menudo evalúan el costo político que puedan generar temas sensibles, sobre todo cuando se acercan procesos electorales.
En las Cámaras legislativas, el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) no tiene mayoría, por lo que Peña está obligado a negociar las reformas antes de presentarlas, algo que dejaron de hacer el presidente saliente Felipe Calderón y su predecesor Vicente Fox, ambos del derechista Partido Acción Nacional (PAN).
Durante los 12 años de Gobiernos de derecha, el Congreso rechazó profundos cambios fiscales mientras que una reforma energética no tuvo los alcances que se proponía porque planteaba un impopular cobro del IVA en alimentos y medicinas y que el sector privado participara en la industria petrolera, en manos del Estado.
Según especialistas, para que se consideren profundas las reformas deben incluir justamente esas polémicas propuestas que fueron rechazadas antes, incluso por el propio PRI cuando estuvo en la oposición.
"Es un conjunto de buenas intenciones, pero tengo mis reservas (...) No hay ninguna garantía para las reformas, hay enormes divisiones en el Congreso", dijo el analista político Fernando Dworak.
En el equipo de Peña hay optimismo de que avancen las iniciativas después de que el Congreso aprobó hace poco una postergada reforma laboral propuesta por Calderón, que le quitó al nuevo Gobierno una tarea pendiente.
Pero en esas negociaciones, que se extendieron más de lo previsto para una reforma preferente, el PAN buscó ir a fondo en la democracia y rendición de cuentas de los sindicatos, pero el PRI se opuso a que se afectaran los intereses de sus aliados históricos.
"El acuerdo tampoco implica que el PAN será un socio confiable", agregó Dworak, especialista en temas legislativos.