El mandatario mexicano planteó este martes que el negocio ilegal de estupefacientes ha generado muerte y violencia; agregó que a futuro se vislumbra un nuevo enfoque de combate decidido contra los criminales, pero no contra los consumidores.
Nueva York. El presidente Enrique Peña Nieto presentó ante la comunidad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la postura de México para enfrentar el problema internacional de las drogas.
Durante la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGASS) sobre el tema de las drogas, el mandatario mexicano presentó ante los 193 estados miembro de la ONU un decálogo de propuestas para el abordaje mundial a este fenómeno, el cual en México y otras naciones ha “pagado un alto precio”.
Entre las sugerencias destaca el respaldo para asegurar la disponibilidad y mejor acceso a las sustancias controladas para fines médicos y científicos, evitando al mismo tiempo su uso indebido y tráfico. La propuesta de México, expresada en 10 puntos, se deriva del debate nacional sobre el uso de la mariguana, al que convocó el gobierno de México, con expertos, académicos y representantes de la sociedad civil, explicó.
“En esta Sesión Especial doy voz a quienes ahí expresaron la necesidad de actualizar el marco normativo, para autorizar el uso de la mariguana con fines médicos y científicos”, agregó.
Afirmó que en breve, México “expondrá las acciones específicas que se tomarán en esta dirección, en apego a los principios de salud pública y derechos humanos que hemos propuesto en esta Sesión Especial”.
Expresó que en años recientes, los términos del debate sobre los estupefacientes ilegales han cambiado: “Comienza a surgir un consenso a favor de una reforma significativa del régimen internacional sobre las drogas”.
A futuro, dijo, se vislumbra un nuevo enfoque que combata decididamente a los criminales, pero que en lugar de criminalizar a los consumidores, les dé oportunidades y alternativas.
“Con firmeza, debemos continuar haciendo lo que ha funcionado. Con flexibilidad, debemos cambiar aquello que no ha dado resultados”, expresó el titular del Ejecutivo federal.
El esquema basado esencialmente en la prohibición total —la llamada guerra contra las drogas- que inició en la década de 1970— no ha logrado inhibir la producción, el tráfico, ni el consumo de drogas en el mundo, reconoció Peña Nieto.
El narcotráfico —abundó— continúa siendo una de las actividades más lucrativas del crimen organizado y un factor decisivo para su expansión transnacional. Agregó que inevitablemente el negocio ilegal de estupefacientes ha generado muerte y violencia, principalmente en los países productores y de tránsito.
“Mi país forma parte de las naciones que han pagado un alto precio, un precio excesivo, en términos de tranquilidad, sufrimiento y vidas humanas: vidas de niños, jóvenes, mujeres y adultos. Como pocos, conocemos las limitaciones y las dolorosas implicaciones del paradigma eminentemente prohibicionista”, sostuvo el presidente, quien a título personal se pronunció en contra de la legalización del cannabis porque abre el camino para el “consumo de drogas mucho más dañinas”.
“Ésa es mi convicción personal”, afirmó también en un evento en la Ciudad de México a fines del 2015, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación amparó a cuatro personas para la siembra y consumo de la hierba con fines lúdicos.
“Para reducir la oferta de drogas, se ha hecho frente al crimen organizado, con una mejor coordinación entre autoridades, el uso de sistemas de inteligencia y la desarticulación de sus estructuras operativas y financieras. Con ello, hemos logrado la detención de los principales líderes criminales y se ha acotado la violencia a regiones específicas del país, con una consecuente reducción en las tasas de incidencia delictiva”, dijo el mandatario nacional en contraste con observaciones internacionales, como la elaborada por el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, quien tras visitar el país el año pasado, esbozó un panorama desolador de la situación de derechos humanos en que viven millones de personas en México, pese al progreso logrado mediante reformas jurídicas y constitucionales.
Lamentan falta de consenso en documento final de UNGASS. México forma parte del grupo de países que lamentó la falta de consenso en la ONU para hacer un llamado claro —en el documento final de la UNGASS— a la abolición de la pena de muerte por faltas relacionadas con las drogas.
“Es muy decepcionante que los estados miembro hayan decidido no hacer un llamado específico en el documento” final de la UNGASS adoptado este lunes en la sede de la ONU en Nueva York, dijo el secretario general adjunto para los Derechos Humanos, Ivan Šimonović.
Durante un foro paralelo a la UNGASS 2016, el funcionario internacional expuso que en 1979, sólo 10 países contemplaban en su legislación la pena de muerte para delitos relacionados con las drogas; son 33, en los que —en conjunto— se ordenan 1.000 ejecuciones por este motivo al año.
Ello, abundó, es una violación al artículo sexto del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el cual establece que el derecho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente.
Este pacto, entrado en vigor en 1961, establece que en los países en que no hayan abolido la pena capital sólo podrá imponerse la pena de muerte por los más graves delitos.
Durante el debate de alto nivel, el primero en lamentar la falta de consenso fue el representante de Suiza, quien recriminó la omisión de toda referencia a la abolición de la pena de muerte. A esta crítica se sumaron países como Colombia, Uruguay, los estados miembro de la Unión Europea y México.
Entre abucheos, el representante de Indonesia justificó el castigo de muerte argumentando que esta medida no está prohibida en las leyes internacionales y ello está regulado en las legislaciones nacionales, quienes son libres de decidir sus normas.