La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dio tiempo hasta el 29 de octubre próximo para que las partes presenten avances y aclaró que tiene la potestad de pronunciarse sobre el indulto "posteriormente" en caso de que lo considere necesario.
Lima. El Gobierno de Perú, en boca de su Ministerio de Justicia, reiteró este viernes que acatará la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que dejó en manos del sistema de justicia peruano evaluar la legalidad del indulto humanitario otorgado durante el Gobierno de Pedro Pablo Kuczszinski al ex presidente Alberto Fujimori.
"El Estado, como corresponde, realizará un análisis serio y en profundidad de la sentencia”, aclaró el Ministerio.
El titular de esa cartera, Salvador Heresi, dijo a la emisora RPP que "en esa línea vamos a actuar. La posición del presidente (Martín Vizcarra) en principio es el acatamiento de las disposiciones del fallo. Vamos a ver cómo ejecutarlo", y agregó que "lo responsable no es salir a agitar ningún tipo de bandera a favor ni en contra, sino asumir con responsabilidad lo que la Corte se ha demorado en emitir seis meses”.
La CIDH dio tiempo hasta el 29 de octubre próximo para que las partes presenten avances y aclaró que tiene la potestad de pronunciarse sobre el indulto "posteriormente" en caso de que lo considere necesario.
Apuntó que corresponde a las autoridades peruanas "analizar si el ordenamiento jurídico peruano prevé otras medidas que, sin implicar un perdón de la pena por el Ejecutivo, permitan proteger la vida e integridad de Fujimori”.
Había cumplido menos de la mitad. Recordemos que la pasada Navidad el expresidente Pedro Pablo Kuczynski otorgó el indulto a Fujimori cuando todavía le quedaban por cumplir más de la mitad de los 25 años de prisión a los que fue condenado en 2009 como autor mediato (con dominio del hecho) de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), donde murieron 25 personas a manos del grupo militar encubierto Colina.
Los argumentos de la decisión fueron de carácter humanitario al padecer Fujimori, de 79 años, una supuesta enfermedad grave y degenerativa, sin carácter terminal, que se agudizaba en prisión, donde tenía atención médica permanente en una cárcel construida expresamente para él, con una amplia celda de tres ambientes.
Keiko Fujimori, líder de Fuerza Popular, expresó a través de Twitter su esperanza de que su padre siga en libertad.