Cientos de manifestantes atacaron este jueves sedes públicas, privadas y quemaron dos vehículos policiales en una protesta antiminera en el sureste de Perú, en la frontera con Bolivia, que parece agravarse a días de la elección presidencial, dijeron la policía y el gobierno.
Lima. Cientos de manifestantes atacaron este jueves sedes públicas, privadas y quemaron dos vehículos policiales en una protesta antiminera en el sureste de Perú, en la frontera con Bolivia, que parece agravarse a días de la elección presidencial, dijeron la policía y el gobierno.
La protesta, que comenzó hace más de dos semanas, ha paralizado el comercio entre Perú y Bolivia a través del bloqueo de una ruta internacional, en el pueblo binacional de Desaguadero en Puno, y ha generado el desabastecimiento de productos básicos.
"Se ha desbordado la situación de Puno y han comenzado a saquear instituciones públicas y privadas, bancos y locales comerciales", dijo Willian Andía, un general de la policía en una conservación telefónica desde Puno con la radio local RPP.
En la protesta participan más de 5.000 campesinos que han llegado a Puno desde zonas alejadas, dijo Andía, para demandar la eliminación de todas las concesiones mineras en la región alegando que esas actividades contaminan la zona.
En uno de los ataques, desconocidos ingresaron a la sede de la región de Puno de la Contraloría de la República y quemaron documentos claves e hicieron destrozos en la sede, dijo a Reuters el presidente de la institución, Fuad Khuori.
La sede no tenía vigilancia policial ni militar, pese que el Gobierno del presidente Alan García había autorizado al Ejército hace unos días a custodiar los servicios públicos básicos de Puno, a unos 1.000 kilómetros al sureste de Lima.
La última vez que los militares intervinieron en una manifestación en Puno fue en el 2003, en un violento episodio que dejó al menos un estudiante muerto y muchos heridos.
En el 2009, una violenta protesta en contra de la explotación de recursos naturales en la Amazonía dejó más de 30 policías y nativos muertos y se convirtió en la peor crisis del Gobierno del presidente García.
Negociaciones estancadas.Una comisión del gobierno viajó esta semana a Puno y tras una reunión con los dirigentes de la protesta no se llegó a un acuerdo para suspender la medida de fuerza.
Una periodista de una radio de Puno dijo a Reuters que los manifestantes apedrearon también los locales de recaudación de impuestos, de aduanas y la Gobernación de Puno.
Asimismo, quemaron dos vehículos y una motocicleta de la policía; mientras que los agentes del orden evitaban enfrentarse con los campesinos en la protesta.
El presidente García dijo esta semana que su gobierno no propiciará un enfrentamiento en Puno durante la protesta, hasta después de la elección presidencial del 5 de junio.
Para la contienda electoral se enfrentan la conservadora Keiko Fujimori y el nacionalista de izquierda Ollanta Humala.
En Puno operan pequeñas firmas con proyectos de metales preciosos, así como la minera de estaño Minsur, uno de los mayores depósitos de este metal del mundo.
El bloqueo en Desaguadero, a 90 kilómetros al oeste de La Paz, perjudicaba principalmente a las exportaciones de soja boliviana, que perderían sus embarques en puertos peruanos, utilizados preferentemente por los exportadores agroindustriales de Bolivia, país mediterráneo.