Delegados de 195 miembros de la COP tienen en la mesa un documento de unas 20 páginas, el borrador de un gran acuerdo mundial de lucha contra el calentamiento del planeta.
El ministro peruano de Medio Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, pidió este lunes ambición para cerrar un acuerdo a los negociadores de la Conferencia sobre el cambio climático (COP21) que abrieron una decisiva semana de discusiones en Bonn (Alemania).
Delegados de 195 miembros de la COP tienen en la mesa un documento de unas 20 páginas, el borrador de un gran acuerdo mundial de lucha contra el calentamiento del planeta que luego deberán aprobar los ministros en una conferencia en París, a partir del 30 de noviembre.
"No hay tiempo que perder, no hay tiempo para lamentarse. Es tiempo de avanzar en base a lo que ya hemos logrado", declaró en inglés el ministro peruano en un videomensaje en la apertura de la sesión.
Perú, que organizó la COP20 en diciembre de 2014 en Lima, pasa el testigo ahora a Francia para la próxima cita.
El último gran intento de pacto mundial para luchar contra el calentamiento de planeta y para establecer un cambio en la producción y consumo de energía, fracasó estrepitosamente en Copenhague, en la COP de 2009.
"Tenemos dos opciones claras. Podemos tirar todo lo que hemos logrado a la papelera. Pero todos sabemos que si lo hacemos, sufriremos lo que ya sufrimos en 2009" dijo el ministro.
"La segunda opción es trabajar constructivamente para intentar hallar un resultado firme, ambicioso y pragmático", añadió.
En Bonn, y posteriormente en la COP21 de París, debe decidirse si el mundo está dispuesto a comprometerse a no aumentar su temperatura en más de 2ºC, el límite según los científicos para que el calentamiento no provoque cambios irreversibles en el medioambiente.
Además debe decidirse si la comunidad internacional está dispuesta a eliminar su dependencia de los combustibles fósiles de aquí a 2050.
El mensaje del ministro peruano se difundió al inicio de la asamblea, en la que rápidamente volvieron a aparecer diferencias que parecían salvadas.
La representante sudafricana, Nozipho Mxakato-Diseko, hablando en nombre de los países pobres y en desarrollo, advirtió sin embargo que el texto, debatido durante meses y redactado por los copresidentes de la negociación, Estados Unidos y Argelia, es "desequilibrado".
"El texto parece reescribir y reinterpretar" los deseos de los negociadores, advirtió la negociadora en nombre del G77 (países en vías de desarrollo) y China.
En su intervención, el representante estadounidense, Daniel Reifsnyder, copresidente negociador, declaró que habría "implantes quirúrgicos" de texto como reclaman los países, pero recordó que no se puede volver a las 80 páginas de borrador que había encima de la mesa hasta principios de octubre.
"Van ustedes demasiado rápido", le dijo la sudafricana.
"Nuestro objetivo hoy es escuchar cuáles son esos 'imponderables', esas 'intervenciones quirúrgicas'", dijo el estadounidense.
Los negociadores tienen hasta el viernes para cerrar un borrador de acuerdo.