El trabajo de la Oficina de Diálogo y Sostenibilidad (ODS) contribuyó con generar la estabilidad social para que el país acoja inversiones y realice políticas públicas.
Lima. Perú pondrá en marcha un sistema nacional de prevención y gestión de conflictos para articular la acción del Estado en el ámbito nacional, regional y local; y precaver la conflictividad, anunció el alto comisionado de la Oficina de Diálogo y Sostenibilidad (ODS), Vladimiro Huaroc.
Explicó que si bien las estrategias planteadas para la gestión de los conflictos y su prevención han tenido impacto y resultados importantes, se trata de dinamizar la acción del Estado para la atención de las diferentes demandas de la población, mediante el mecanismo de diálogo.
“Creo que estamos en el camino correcto. Hemos planteado un sistema nacional de prevención y gestión de conflictos (…) para tener capacidades, a fin de prevenir la conflictividad en el futuro. Si lo logramos, en los próximos años tendremos un escenario de tranquilidad social”, declaró al diario El Peruano.
El funcionario reseñó que en los últimos 18 meses el Estado priorizó la atención de las demandas de la población mediante el diálogo, disminuyendo la conflictividad, y por eso, el año pasado las inversiones en minería, por ejemplo, se mantuvieron en forma significativa.
Agregó que la conflictividad se presentó en todo el país y esta se tuvo que atender por asuntos de índole socioambiental, vinculado con la industria extractiva, pero también en materia laboral y social, todo ello generado por los reclamos formulados a diferentes estamentos del Estado.
“Siempre hubo la percepción de que el sur era más conflictivo, pero en este tiempo ha tenido un comportamiento más sensato”, expresó, en entrevista con el diario oficial El Peruano.
Para Huaroc, el diálogo se ha constituido en una “extraordinaria herramienta” para acercar a las partes y encontrar alternativas en un conflicto, a tal punto que la estrategia aplicada mediante el uso de ese instrumento ha despertado el interés de países como Bolivia, Brasil y Chile.
Resaltó, en ese sentido, que el trabajo de la ODS contribuyó con generar la estabilidad social para que el país acoja inversiones y realice políticas públicas.
“Las empresas debían comprender que en el Perú había un cambio sustancial que suponía mejorar relaciones comunitarias, renunciar a cualquier tentación de asistencialismo y paternalismo. Debían considerar a las comunidades como socios y tener en cuenta sus demandas”, puntualizó.