Los pescadores de la ciudad chilena de Arica esperan con incertidumbre y un optimismo moderado el fallo de la Corte de La Haya sobre los límites marítimos con Perú.
Arica. Las consecuencias que puede tener para el sector pesquero el desenlace de la demanda que Perú presentó en 2008 mantienen en vilo a los trabajadores del mar en esta ciudad del norte de Chile, situada a sólo 22 kilómetros de la frontera.
"El sector en litigio es justo donde nosotros trabajamos", explica Manuel Guajardo, presidente de la Asociación de Armadores Pesqueros de Naves Menores de Arica.
El peor escenario para los pescadores ariqueños es que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) acoja el reclamo principal de Perú y establezca la frontera marítima en una línea equidistante entre ambos países, en lugar del paralelo que se ha aceptado durante los últimos 60 años.
Si eso sucede, las aguas donde faenan a diario se convertirán en mar peruano y los pescadores de Arica quedarán recluidos en un estrecho corredor de apenas ocho millas.
Los principales afectados ante este hipotético panorama son los pescadores artesanales, que trabajan en embarcaciones de tamaño pequeño y medio.
Uno de los principales gremios dentro de los artesanales es la Asociación de Armadores Pesqueros de Naves Menores, que agrupa a cerca de 50 embarcaciones con diez tripulantes cada una, más unas 200 personas de apoyo en el puerto.
Manuel Guajardo explica que estos barcos se dedican única y exclusivamente a pescar anchoveta, un pez de la familia de la anchoa que vive en las costas de Chile y Perú y que se utiliza para elaborar harina de pescado y aceite.
Los pescadores de Arica capturan la anchoveta dentro de las primeras 15 millas de mar, una zona rica en nutrientes idónea para ese tipo de pescado.
Guajardo ha hecho números sobre el impacto que puede causar una nueva delimitación marítima a partir de una bisectriz entre los dos países y considera que la captura de anchoveta, que alcanza 120.000 toneladas al año, caería entre un 60 y un 70 por ciento, con lo cual el negocio dejaría de ser rentable.
El dirigente pesquero asegura que en el gremio se respira un ambiente de "relativa tranquilidad y relativa incertidumbre" en la víspera del fallo.
Ante el futuro que se les viene, los pescadores proponen, entre otras cosas, ampliar la cuota de pesca, permiso para faenar en aguas más lejanas hacia el sur de Arica e impulsar la acuicultura para crear nuevos puestos de trabajo.
El dirigente considera, en todo caso, que la actual situación de Arica "es responsabilidad de los gobiernos de los últimos 40 años". Dice que Pinochet (1973-1990) "convirtió la ciudad en un fortín militar" y estableció una zona franca -libre de impuestos- en Iquique, un poco más al sur, lo que ahondó el estancamiento de Arica.
En su opinión, la región de Arica y Parinacota necesita un plan de desarrollo económico y social acorde con el papel estratégico que juega como zona fronteriza.
"Ahora es una buena oportunidad porque todo el mundo se preocupa por Arica. La mejor forma de hacer soberanía es poblando la ciudad y para eso hay que crear puestos de trabajo, solucionar el problema hídrico y la escasez de energía", sostiene.