Los líderes latinoamericanos que cenaron con Trump este lunes, durante la Asamblea General de la ONU, le explicaron que una invasión militar sería inaceptable en una región muy sensible a la intervención de Washington.
Nueva York. El presidente estadounidense, Donald Trump, cargó esta semana desde el podio de Naciones Unidas contra el gobierno autoritario de Venezuela, pero los líderes latinoamericanos dicen que detrás de escena escuchó lo que tenían que decirle sobre la mejor manera de resolver la delicada crisis regional.
Los líderes latinoamericanos que cenaron con Trump este lunes, durante la Asamblea General de la ONU, dijeron que le explicaron que una invasión militar -una amenaza que el presidente estadounidense deslizó el mes pasado- sería inaceptable en una región muy sensible a la intervención de Washington.
Le insistieron en la necesidad de una transición pacífica en Venezuela y se opusieron a sanciones económicas que profundizarían una crisis humanitaria que ha provocado la huida de decenas de miles de personas a países de la región.
“Estados Unidos se tomó el trabajo de compartir su visión y preguntar qué es lo que los otros países que estábamos presentes en la comida pensábamos”, dijo a Reuters el ministro de Relaciones de Exteriores de Argentina, Jorge Faurie, quien asistió a las conversaciones.
“Es un avance enorme que Estados Unidos consulte con países de la región qué se puede hacer”, agregó.
En la Asamblea General de Naciones Unidas de esta semana, Trump atacó al gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro por destruir un país rico en petróleo y lo amenazó con más sanciones si no se movía hacia una restauración democrática.
Pero Trump evitó repetir la amenaza de una acción militar, que hizo el 11 de agosto y que alarmó a países latinoamericanos. Para muchos, evocó recuerdos de la invasión de Panamá de 1989 que derrocó al dictador Manuel Noriega, quien murió en mayo tras años de prisión en Estados Unidos y en su país.
Al menos 125 personas murieron en Venezuela este año durante cuatro meses de protestas contra Maduro, quien se ha resistido a adelantar una elección presidencial y en su lugar estableció una asamblea constituyente para anular el Congreso dominado por la oposición.
Presión para el diálogo. Si bien no se tomaron decisiones, las conversaciones entre Trump y los presidentes de Brasil, Colombia y Panamá, y la vicepresidenta de Argentina, ponen presión sobre Maduro para que se involucre en verdaderas negociaciones con sus opositores en lugar de usarlas para ganar tiempo, dijeron líderes latinoamericanos.
El presidente brasileño, Michel Temer, dijo a periodistas, después de la cena, que los presentes habían acordado aumentar la presión sobre Venezuela sin una intervención directa.
El mandatario panameño, Juan Carlos Varela, dijo que la cena con Trump reforzó una iniciativa de una docena de países latinoamericanos y Canadá para respaldar una nueva ronda de negociaciones entre Maduro y sus oponentes.
“Habrá más presión para convencer a Maduro de que acepte elecciones libres y democráticas en 2018”, dijo Varela a Reuters. “Creemos que Maduro está recibiendo el mensaje de que debe haber un cambio”.
Sin embargo, la canciller colombiana, María Angela Holguín, cree que un boicot petrolero de Estados Unidos sólo extendería el sufrimiento del pueblo venezolano, que se enfrenta a la escasez de alimentos y medicinas.
“Tenemos que pensar en los venezolanos que van a sufrir mas si la crisis económica se agudiza”, dijo Holguín.
Las negociaciones formales con la oposición deberían de comenzar en Santo Domingo el 27 de septiembre e involucrarían a observadores de México, Chile, Nicaragua y Bolivia.
Faurie dijo que el gobierno de Maduro tendrá que aceptar varias condiciones para que las conversaciones se tomen en serio, incluyendo un calendario para elecciones con presencia de observadores internacionales y la liberación de presos políticos.
Eric Farnsworth, vicepresidente de Americas Society, un foro empresarial dedicado a fomentar los lazos entre Estados Unidos y América Latina, sostuvo que la conversación entre Trump y los líderes regionales envió un mensaje claro a Maduro.
“Lo más importante de la cena fue la fotografía que muestra al presidente y al vicepresidente de Estados Unidos sentados con los líderes regionales para hablar sobre Venezuela”, dijo.