El ex jefe de Estado dijo que el gobierno debe abrirse a la política de los acuerdos para hacer que el país prospere y no centrarse en propuestas que no concitan pleno consenso y que traban su avance.

“Más diálogo, más confianza, menos voluntarismo, menos retroexcavadora, menos eslogan y menos improvisación”, pidió este jueves el ex presidente Sebastián Piñera al gobierno de Michelle Bachelet, para evitar que el país se estanque con las Reformas como la Tributaria y la Educacional que impactarán de diversa forma su crecimiento y prosperidad.

Junto con invitar a la Jefa de Estado a reflexionar respecto a la forma en que ha conducido su gabinete en estos casi seis meses de gestión, el ex mandatario aprovechó su intervención en un seminario de la Universidad de Los Andes para opinar cómo lo ha hecho y lo que espera que modifique para que el país avance.

“Hay que recuperar el liderazgo, el dinamismo, la confianza, las expectativas de la sociedad civil, de los empresarios, de los consumidores, de los trabajadores que, sin duda, se ha resentido mucho; y por eso hay que recuperar una mayor sensatez en la forma de implementar las reformas, en la forma de establecer el diálogo, la búsqueda de acuerdos de forma tal de restablecer las confianzas perdidas”, puntualizó.

En tal sentido recalcó que el apoyo a la presidenta Bachelet no fue tanto a su programa, sino a ella como persona y que por esa razón le señaló al Ejecutivo que “estamos a tiempo, a mi juicio, de enmendar el rumbo, de corregir políticas públicas equivocadas” en materia tributaria y educacional.

“Uno puede echarle la culpa a la economía internacional, cosa que no corresponde, o echarle la culpa al gobierno anterior, que tampoco corresponde y creo que los números lo desmienten; o asumir que estamos haciendo bien, qué estamos haciendo mal, qué experiencias han sido exitosas en el resto del mundo, cuánto de lo que estamos haciendo hoy día es un voluntarismo”.

Como ejemplo puso las modificaciones que se quiere realizar al actual modelo impositivo, recalcando que con su implementación Chile va a dejar de percibir US$12 mil millones de ingresos fiscales al año, es más de lo que recauda la propuesta cifrada en US$8.300 millones, lo que sumados en cuatro años superan los US$60 mil millones.