El primer mandatario destacó que “parece una tremenda paradoja y contradicción que mientras un país entero hace todos los esfuerzos humanamente posibles por salvar la vida de 33 mineros, tengamos 34 comuneros (mapuches) que están atentando contra sus propias vidas”.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, reiteró su disposición a buscar caminos de entendimiento con los pueblos originarios y aseguró que “nuestro gobierno está siempre abierto al diálogo y tiene una capacidad de escucharlos a todos”, precisando que “hemos escuchado a los pueblos originarios, que son más de un millón de personas y por eso hemos elaborado este Plan de Reencuentro Histórico y este Plan Araucanía. Y también hemos escuchado a los comuneros”.
La escena política chilena vive una especial agitación por la huelga de hambre que realizan dirigentes mapuches, una protesta que ha vuelto a poner en la palestra la deuda del Estado chileno con los pueblos originarios.
El mandatario explicó que “estamos desarrollando dos grandes planes para el pueblo mapuche y los pueblos originarios: el Reencuentro Histórico, que parte por el reconocimiento constitucional y por un verdadero compromiso con su cultura, su lengua, sus tradiciones, y que está en marcha. Pero también el Plan Araucanía, que es el plan más grande y más ambicioso que se haya hecho nunca en nuestro país, para recuperar el tiempo perdido, para recuperar también las oportunidades y posibilidades de desarrollo del pueblo mapuche. Y eso lo queremos hacer en diálogo con el pueblo mapuche”.
Al respecto, destacó la disposición mostrada por el gobierno, subrayando que “el Plan Araucanía y el Plan de Reencuentro Histórico; la reforma a la justicia militar, para que todos los civiles, incluyendo los comuneros, sean juzgados por la justicia civil y nunca por la justicia militar; la reforma a la ley antiterrorista, para terminar con la presunción del delito terrorista, tipificarlo mejor, garantizar un debido proceso y reducir las sanciones que eran excesivas, es otra forma de mostrar flexibilidad”.
En esa línea, el jefe de Estado aseguró que “el gobierno va a seguir dando pasos”, remarcando que “el diálogo tiene que ser con gestos por ambos lados. Y por eso, con mucha humildad y respeto, insisto que la violencia y las huelgas de hambre no son el camino que el país necesita”.
Reiteró que “parece una tremenda paradoja y contradicción que mientras un país entero hace todos los esfuerzos humanamente posibles por salvar la vida de 33 mineros, tengamos 34 comuneros que están atentando, a través de la huelga de hambre, contra sus propias vidas”.