La guerrilla buscaba activar un coche bomba en Bogotá, sin embargo, después de una investigación de varias semanas, la policía capturó a una mujer integrante del Bloque Oriental del grupo y confiscó un vehículo y un cargamento de explosivos.
Bogotá. La policía de Colombia descubrió y frustró un plan de las FARC para activar un coche bomba en la capital del país, informaron este miércoles fuentes de seguridad, en un nuevo intento de los rebeldes de realizar ataques de gran impacto para desacreditar la ofensiva militar en su contra.
Después de una investigación que se prolongó por varias semanas, la policía capturó a una mujer integrante del Bloque Oriental de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y confiscó un vehículo y un cargamento de explosivos destinados al ataque.
No fue posible establecer inmediatamente cuál era el objetivo que pretendían atacar los rebeldes en la capital colombiana de más de 7 millones de habitantes.
El ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, entregará detalles de la operación este jueves en una conferencia de prensa.
En agosto, un coche bomba explotó frente a la sede de una cadena radial en Bogotá, en un ataque de las FARC que dejó nueve heridos y millonarias pérdidas materiales cinco días después de la asunción del presidente Juan Manuel Santos.
El grupo guerrillero, considerado organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, sufrió hace un mes el que es considerado el peor golpe en su historia con la muerte de su jefe militar, Jorge Suárez Briceño, más conocido como El Mono Jojoy, en un bombardeo de la Fuerza Aérea en las selvas del sur del país.
Después de la muerte del líder guerrillero, el ministro de Defensa admitió la posibilidad de una intensificación del conflicto interno por ataques de las FARC en alianza con otros grupos armados ilegales para demostrar que no están derrotadas.
Santos, quien asumió el 7 de agosto sucediendo a Álvaro Uribe, prometió mantener la ofensiva militar de su antecesor contra la guerrilla.
La estrategia obligó al grupo rebelde a replegarse a apartadas zonas montañosas y selváticas, mientras que la muerte de importantes comandantes y la deserción de miles de combatientes lo debilitaron militarmente.
Aunque la guerrilla pasó de unos 17.000 combatientes en 2002 a unos 7.000 en la actualidad, aún mantiene la capacidad de realizar ataques de gran impacto en las apartadas zonas que todavía controla e inclusive en los centros urbanos.