En un comunicado conjunto, han hecho llegar al Ministerio de Interior su "advertencia solemne" de que, si "los medios de protección faltan en los servicios, los policías solo realizarán las misiones realmente urgentes y no procederán a seguir controlando el confinamiento".
Los principales sindicatos de Policía de Francia han advertido este jueves al Ministerio de Interior de que sus agentes podrían dejar de cumplir con su labor de vigilar el cumplimiento del confinamiento decretado para frenar la propagación del coronavirus si no reciben mascarillas para poder protegerse ellos mismos.
En un comunicado conjunto, han hecho llegar al Ministerio de Interior su "advertencia solemne" de que, si "los medios de protección faltan en los servicios, los policías solo realizarán las misiones realmente urgentes y no procederán a seguir controlando el confinamiento".
Asimismo, los siete sindicatos firmantes han pedido transparencia a Interior y que aclare de cuántas mascarillas disponen los agentes, cuántas se van a comprar y cuándo está prevista su distribución, después de haber pedido explicaciones por correo a su titular, Christophe Castaner, el pasado 19 de marzo sin respuesta.
La advertencia se produce, según resalta BFMRV, un día después de que el Ministerio de Interior decidiera ceder su 'stock' de mascarillas con filtro de tipo FFP2 a personal sanitario, dejando a los agentes el uso de mascarillas quirúrgicas.
Por otra parte, este jueves se ha confirmado la primera víctima mortal por coronavirus en las filas de las fuerzas de seguridad francesas. Según la Gendarmería Nacional, se trata de un agente de 51 años que no estaba en contacto con el público y cuyas causas de contagio se desconocen por ahora.
Además, el primer tren de alta velocidad medicalizado ha evacuado este jueves desde Estrasburgo, en Alsacia, a 20 pacientes hacia hospitales en la región de País del Loira, según informan los medios locales. Los pacientes han viajado en cinco vagones del TGV acompañados por medio centenar de trabajadores sanitarios y serán distribuidos en los hospitales de Angers, Le Mans, Nantes y Roche-sur-Yon, según 'Le Figaro'.
