Desde la agitación en Oriente Medio al atribulado esfuerzo bélico en Afganistán a una Rusia más asertiva, el presidente Barack Obama está enfrentando presiones que amenazan con mellar un historial en política exterior que sus asesores esperaban que fuera inmune a ataques de los republicanos.
Washington. Si usted pensaba que Mitt Romney era el único candidato presidencial con crecientes problemas en el tramo final de la campaña electoral 2012, piénselo de nuevo.
Desde la agitación en Oriente Medio al atribulado esfuerzo bélico en Afganistán a una Rusia más asertiva, el presidente Barack Obama está enfrentando presiones que amenazan con mellar un historial en política exterior que sus asesores esperaban que fuera inmune a ataques de los republicanos.
La Casa Blanca está cada vez más preocupada, pero aún no ha presionado el botón de pánico. Funcionarios de gobierno han encontrado solaz en las recientes caídas en política exterior del contendor republicano Mitt Romney y dudan que los críticos de Obama ganen tracción en una campaña enfocada principalmente en la economía estadounidense.
Como resultado de eso, cuando Obama hable el martes ante la Asamblea General de la ONU a seis semanas de las elecciones en Estados Unidos, buscará asegurar tanto los electores como los líderes mundiales que está controlando bien los últimos desafíos globales. Pero no propondrá ningún nuevo remedio ni iniciativas audaces.
Los líderes mundiales y analistas seguramente pondrán especial atención en qué tan duro hablará Obama sobre el programa nuclear iraní, pero incluso sobre ese punto sus asesores afirman a nivel privado que no se desviará de su política exterior.
El turno final de Obama en el escenario mundial de la ONU antes de enfrentar a los electores será un reflejo de dónde están sus prioridades. Pese a crisis globales en curso, el mandatario no asistirá a reuniones privadas tradicionales con contrapartes extranjeros y limitará su visita a la ONU a sólo 24 horas para poder volver a la campaña presidencial.
"Es sólo porque ellos (los delegados de la ONU) no votan (en las elecciones estadounidenses", dijo Joseph Cirincione, un experto en política exterior en el Fondo Ploughshares, una fundación para la seguridad global.
Serie de malas noticias. Obama ha discrepado últimamente con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, respecto a cómo contener las ambiciones nucleares de Irán, una disputa que llevó a las relaciones entre ambos países aliados a un nuevo nivel mínimo durante el mandato de Obama.
La erupción de violentas manifestaciones contra misiones diplomáticas estadounidenses en todo el mundo musulmán ha presentado a Obama con su peor contratiempo en sus esfuerzos por evitar que la Primavera Arabe alimente una nueva ola de sentimiento antiestadounidense y ha remarcado que tiene pocas buenas opciones de lidiar con él.
El recorte de la OTAN de operaciones conjuntas con fuerzas afganas en respuesta a una ola de mortales ataques "desde dentro" también ha planteado interrogantes sobre qué sucederá allí cuando la mayoría de las fuerzas estadounidenses abandonen Afganistán en el 2014, de acuerdo a la estrategia de Obama.
Y la decisión adoptada la semana pasada por el presidente ruso, Vladimir Putin, de suspender una misión de ayuda de Estados Unidos a Moscú amenaza lo que quedaba del "reinicio" de Obama en lo que respecta a las relaciones con Rusia, que sus asesores promovían como un logro en política exterior.
Al mismo tiempo, el gobierno de Obama no se ha mostrado dispuesto a intervenir para poner fin a la sangrienta crisis en Siria, donde el presidente Bashar al-Assad ha hecho oídos sordos a llamados internacionales para dimitir y ha continuado con sus esfuerzos para aplastar un levantamiento de 18 meses.
Romney y sus asesores de campaña se han servido de estos hechos para respaldar su argumento de que Obama ha debilitado la posición global de Estados Unidos al fracasar en su liderazgo.
"Es un síntoma de política fallida", declaró Dan Senor, un asesor de Romney que sirvió como portavoz en Bagdad durante el Gobierno George W. Bush. "La biografía y la fuerza de la personalidad son buenos atributos, pero no sustitutos para el liderazgo", agregó.
Pero aunque los sondeos muestran que Obama sigue siendo popular en muchas partes del mundo, la imagen de Estados Unidos a nivel global nuevamente está cayendo, especialmente en Oriente Medio.