El politólogo mexicano de la Universidad de Notre Dame es una de las destacadas voces que indican que las próximas elecciones presidenciales en México son las más importantes desde 1910. Junto a AméricaEconomía analizó este proceso electoral con características nunca antes vistas, como la participación de candidatos independientes o el voto por primera vez de 11 millones de jóvenes. ¿Podrá esta vez lograr el triunfo Andrés Manuel López Obrador?
-Este año Latinoamérica cuenta con seis elecciones presidenciales. Estos procesos, ¿redibujarán un nuevo cuadro político en la región?
-Creo que puede cambiar, independiente hacia qué dirección gire el espectro político. Porque hay un reto transversal para todos los gobiernos, para todos los partidos en América Latina: cómo volver a recuperar la legitimidad de los partidos políticos y la legitimidad del juego democrático institucionalizado. Destacable es el fenómeno que ha estado pasando, sin llegar aún a puestos de presidencia, de participación muy relevante de jugadores externos, que podríamos calificar como "anti sistemas" que sean han vuelto muy atractivos para los votantes. Más que gobierno de izquierda o de derecha, estamos frente a una descomposición política, con un eje antisistema en la región, y si lo vemos así, incluso Donald Trump puede ser parte de dicha lectura.
-En la fotografía general de la región hemos visto una disminución de las mujeres que ostentan el poder en la política. ¿Estamos frente a un fenómeno de reversa y de potenciación del machismo político?
-Yo creo que hay un tema de problema de acceso sistémico al poder para las mujeres, y claro, el tema del machismo está presente. Esto tiene que ver más con las pocas alternativas que hemos construido en América Latina, en torno a la participación. Ya con los obstáculos propios de la sociedad, en la carrera política se suman barreras de entrada mucho mayores, especialmente en la cuota de la repartición de poder. Eso sí, sin negar los avances que se han hecho en los últimos años en términos legislativos con la promoción de accesos y leyes de paridad.
-En las encuestas de la carrera presidencial mexicana, Andrés Manuel López Obrador al parecer tiene una clara ventaja frente a sus competidores. ¿Lo ve así?
-Hoy el calendario electoral mexicano es complicado. Si bien las campañas ya llevan un tiempo, legalmente comenzó el periodo solo hace 18 días, es decir, todo el arsenal político de una campaña presidencial recién está comenzando. La fotografía de hoy sí es con Manuel López Obrador en el tope de las encuestas, con una ventaja importante, entre 4 y 15 puntos (dependiendo de la casa encuestadora), pero en el promedio es una ventaja cercana a los 10 puntos.
-¿Podríamos decir que su elección tiene grandes posibilidades de realizarse?
-En México se da un fenómeno particular, ya que en muchas oportunidades el candidato que va punteando en las encuestas ha perdido la elección final en dos de las tres votaciones recientes. Por ello, el favorito no siempre gana, porque en las elecciones se mueven muchas cosas. Entonces, puede haber cambios en las estrategias, errores de los postulantes que terminan por modificar el escenario final.
-Si analizamos su carrera y discurso del candidato López Obrador, ¿se puede afirmar que es un populista de izquierda?
-Él fue jefe de gobierno de la capital mexicana, del 2000 al 2005, y durante su gestión hubo un incremento muy importante del gasto social y tiene unas políticas muy claras de impulsar agendas sociales que tienen mucho renombre, que van acompañadas de un impacto mediático muy importante.
-¿Cuál sería un ejemplo de esas medidas "mediáticas"?
-Una medida que después fue replicada por varios gobiernos locales del país fue el incremento de las pensiones a los adultos mayores. Por eso, pensando en la definición de populismo, me cuesta trabajo por muchas cosas... pero si esa definición incluye mayor gasto social de un Estado más participante en la economía, con subsidios generalizados, puede ser que sí, que estamos frente a un político de medidas populistas.
-¿En que momento encuentra a México esta próxima elección presidencial?
-Eso se explica con tres componentes. Primero, una economía que crece poco; hemos estado creciendo alrededor de un 2%, lo cual no es muy auspicioso; en segundo lugar, gandes índices de inseguridad. Si miramos la tendencia de este año, se espera terminar el año con más de 30 mil homicidios, alcanzando niveles récord en México. Y por ultimo, nos encontramos con una evaluación ciudadana muy mala del actual gobierno, con solo 22% de aprobación de parte de la ciudadanía.
-¿Cómo ha sido la evolución de la injerencia del crimen organizado en el mapa electoral?
-Bueno, eso es parte importante hoy del problema de inseguridad social que se vive. En el último tiempo, se ha tenido un incremento importante de homicidios a candidatos o alcaldes en funciones. Considerando lo se viene, que son las elecciones más grandes en México, con nueves elecciones estatales, más de 3.400 puestos en disputa, sumado a la elección presidencial, es un tema muy serio y preocupante el asesinato de políticos.
-Será tarea del próximo presidente mexicano lidiar con los temas no resueltos entre México y EE.UU, principalmente, es decir, el "muro" y el TCLAN?
-Del muro, sin duda. Ese discurso de Donald Trump seguirá manteniéndose, ya que aún concita amplia aprobación en su base de partidarios. Es probable que lo del tratado de libre comercio ya no le toque a la próxima administración, porque al parecer las negociaciones han avanzado bien y es probable que terminen antes de las elecciones. Ahora, una de las características principales del actual gobierno de los Estado Unidos es la falta de previsibilidad de sus acciones, por ello, a pesar de que los trabajos de la negociación del Nafta van por buen camino, siempre se va a estar sujeto a la imprevisibilidad de la administración Trump.