Según un “manual para refugiados”, el racismo y la islamofobia están muy extendidos en ese país europeo.
Más de diez mil personas procedentes de países árabes llegaron a Bulgaria con la primera ola de refugiados en los años 2013-2014. La mayoría se ha quejado de un mal trato por parte de las autoridades y de la población búlgara en general.
En el país europeo se especula que los refugiados exageraron sus historias para poder continuar más rápido su camino hacia Occidente. Pero lo que sí es un hecho es que la mayoría de los búlgaros rechaza a los inmigrantes.
En los foros en internet se pueden leer a diario comentarios hostiles. Además ha habido ataques a refugiados, así como manifestaciones y acciones políticas en su contra. El mensaje siempre es el mismo: "Bulgaria es un país pobre y cristiano, no los queremos".
El sociólogo Shivko Georgiev constata que hasta ahora no se ha consultado a la opinión pública al respecto. “A los políticos simplemente no les interesa saberlo”, dice. Por su parte, el sociólogo Andrei Raytchev explica que los búlgaros ven a los recién llegados como un tipo de “gitanos” –un término mal connotado en Bulgaria. “La única experiencia de la mayoría de los búlgaros con 'extranjeros' ha sido con los roma que viven en el país”, añade Raytchev.
Un “manual para refugiados”. A diferencia de las ex repúblicas yugoslavas de Macedonia y Serbia, detrás de la Cortina de Hierro los búlgaros casi no tuvieron contacto con culturas y personas extranjeras. Algo que los búlgaros también ven como provocación es que muchos de los refugiados sean musulmanes. Durante 500 años el país formó parte del Imperio Otomano, y aún hoy día esa época es considerada como una era de la opresión turca.
Al parecer, a los refugiados les ha llegado el mensaje de que no son bienvenidos en Bulgaria, por lo que evitan el país. El experto en cultura árabe Vladímir Tchukov explica que existen tres fuentes de información sobre Bulgaria a las que recurren los refugiados de habla árabe: las experiencias que otros refugiados comparten en las redes sociales, las informaciones que reciben de los traficantes de personas, así como un llamado “manual para refugiados” que circula en Internet.
Este texto se publicó en una página web afín al presidente sirio, Bashar Al Assad. Tchukov cuenta que “ahí Bulgaria figura en el primer lugar de los países que los solicitantes de asilo deberían evitar”. Asimismo se señala que en su mayoría el pueblo búlgaro tiene una actitud racista y que a los refugiados se les trata de forma inhumana en los campamentos.