En una primera reunión abierta a todo tipo de consultas con la prensa local, la mandataria abordó el clima de crisis de credibilidad que afronta el sistema político chileno destapado por los casos Penta y SQM.
Santiago. La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, dijo este martes que advierte que existe interés en relacionarla en los casos de financiamiento ilegal de la política que actualmente se tramitan en la justicia y que tiene sumido al sistema político chileno en una profunda crisis.
"Operación política, no le podría decir si existe o no existe porque de repente hay operaciones políticas que uno no tiene idea pero no es como yo estoy viendo las cosas", dijo Bachelet, en un desayuno con periodistas de medios locales.
No obstante, "lo que me preocupa es este clima de sospechas frente a todo. Lo que uno puede inducir es que hay algunos tratando de que me llegue a mí, que ojalá yo hubiera boleteado (emitir boletas o documentos para financiar campaña electoral), y lo digo por los titulares que aparecen", agregó.
En una primera reunión abierta a todo tipo de consultas con la prensa local, la mandataria abordó el clima de crisis de credibilidad que afronta el sistema político chileno destapado por los casos Penta y SQM, dos empresas que financiaban al margen de la ley campañas políticas del oficialismo y la oposición.
Por el caso de la emisión de boletas falsas del Banco Penta, que mantienen en prisión a dos banqueros y a Pablo Wagner, ex viceministro de Minería del gobierno de Sebastián Piñera, y por su artista, la minera SQM, ha trascendido la emisión de boletas falsas por parte de allegados a conspicuos dirigentes políticos de oposición y del oficialismo de centroizquierda.
La divulgación de nombres de presuntos involucrados ha puesto en tela de juicio a conjunto de los actores políticos y ha sembrado un manto de duda sobre la legitimidad del parlamento, a tal nivel que algunos líderes oficialistas han sugerido la anticipación de elecciones legislativas.
"Lo que me preocupa es cómo nosotros no todos contribuimos a generar esta sensación de que todo es una porquería, que en toda cosa hay un arreglín (arreglo), que todo es un chanchullo (truco), y a mí me preocupa ese clima que se ve en varios medios muchas veces, porque así no es Chile, eso no es Chile, ni este gobierno, ni todos los chilenos son corruptos, ni todos los políticos son corruptos, ni todos los empresarios son corruptos", añadió la mandataria.
Respecto al financiamiento de su propia campaña política, ante la aparición de boletas emitidas por el propio ministro de Interior Rodrigo Peñailillo a nombre de un reconocido operador político del oficialismo, la jefa de Estado señaló conocerlo.
"A (Giorgio) Martelli me lo debo haber encontrado un par de veces y luego en algunos actividades sociales, y por cierto después yo nunca más lo vi. Y claro el 2005 tuvo el rol que ustedes conocen", dijo Bachelet.
"Yo no sé qué rol exacto jugó Giorgio Martelli, yo no me veía con él, no tuve ninguna reunión con él, pero entiendo que colaboró en la campaña", agregó.
Sobre las sospechas de financiamiento ilegal que pesan sobre su jefe de Gabinete y su rol de articulador de acuerdos, la mandataria señaló que ella conducirá el proceso.
"La que va a conducir la agenda de probidad soy yo, y cada ministerio hará lo que le corresponde. Sin embargo yo lo que pido es que no prejuzguemos. Si hay cosas que se tengan que investigar que se investiguen claro, y si hay gente que ha cometido situaciones que no son correctas y son responsables bueno, tiene que responsabilizarse de aquello, no estoy hablando del ministro estoy hablando en general, frente a cualquier caso", dijo.
En este contexto, la mandataria aseguró que "yo les planteé a los ministros que si alguno tenía una situación compleja me lo hiciera saber. Pero si tú trabajaste en una empresa en la cual en su momento no había nada raro, por qué podíamos suponer que había algo raro".
Pero los cuestionamientos de la opinión pública no se remiten solo a los parlamentarios, la presidenta Bachelet atraviesa su propia crisis de credibilidad, tras las revelaciones de un negocio de especulación inmobiliaria, en el que está involucrados su hijo, el ex director Social de la Presidencia, Sebastián Dávalos, y su esposa Natalia Compagnon.
La pareja se encuentra actualmente indagada por el Ministerio Público, por presunto tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito tras un negocio de especulación inmobiliaria.
Los casos judiciales han derrumbado por igual la popularidad de Bachelet, el oficialismo de centroizquierda y la oposición conservadora, generando una crisis de credibilidad, que en un primer momento intentó ser sorteada por la conformación de una comisión especial, no obstante, el clima de incertidumbre respecto al destino de las investigaciones han opacado su labor.
En una muestra que puede ser interpretada como desazón la jefa de Estado admitió que nunca volverá a ser representante popular.
"Entonces yo estaré hasta el fin de mi mandato, pero aquí hay un país que tenemos que no darnos vueltas así como 'eramos maravillosos y ahora somos lo peor', de un minuto a otro, esa cuestión me preocupa de verdad porque es obvio que yo nunca más seré candidata a nada con cargo de representación popular en política, pero la verdad es que me preocupa mi país", señaló.
Finalmente respecto a un eventual cambio de gabinete, solicitado por el oficialismo y la oposición, la jefa de Estado no mostró señales que fuera inminente.
"Si yo en algún momento tomo la decisión de hacer algún cambio de gabinete me voy a asegurar que sean personas que estén totalmente de acuerdo con el programa de gobierno, y que estén por empujar las reformas estructurales que Chile necesita. Cuando yo decidiera hacer un cambio de gabinete ese es el perfil que yo buscaría", dijo Bachelet.
"Si yo siento que hay que hacer un cambio de gabinete lo haré de manera decidida pero ahí voy a buscar los mejores perfiles para los cambios que yo creyera que hay que hacer", agregó.