La mandataria indicó en diálogo con la prensa en Palacio de Planalto (sede presidencial) en la ciudad de Brasilia, que su gobierno está atento a las tentativas de producir "inestabilidad" en el país sudamericano.
Brasilia. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, calificó este martes como antidemocráticos los movimientos de la oposición en su contra y dijo que hará todo para evitar que "crezcan y se fortalezcan".
La mandataria indicó en diálogo con la prensa en Palacio de Planalto (sede presidencial) en la ciudad de Brasilia, que su gobierno está atento a las tentativas de producir "inestabilidad" en el país sudamericano.
Sostuvo que no permitirá que la democracia conquistada sea desestabilizada y que "obviamente el gobierno está atento de todos los intentos de producir una especie de profunda inestabilidad en el país".
La mandataria, quien estuvo presa y fue torturada a inicios de la década de 1970 por su resistencia contra el régimen militar (1964-1985), aludió a los "sacrificios" que fueron necesarios para alcanzar la democratización en Brasil.
"Brasil a duras penas conquistó una democracia. Sé cuantas duras penas fueron. Haremos de todo para evitar que los procesos no democráticos crezcan y se fortalezcan", enfatizó.
Los partidos que forman la coalición de gobierno lanzaron este martes un manifiesto en defensa del mandato de Rousseff, que "sólo se extinguirá el 31 de diciembre de 2018", en respuesta a la solicitud de juicio político que promueve la oposición.
El pasado 10 de septiembre, los opositores Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), Partido Popular Socialista (PPS), Demócratas (DEM) y Solidaridad iniciaron un movimiento para pedir la destitución de la presidenta.
Los promotores recogen firmas virtuales a través de un sitio electrónico, que suma hasta ahora 884.000 adhesiones.
Una docena de solicitudes de juicio político contra Rousseff se han presentado en las últimas semanas en la Cámara de Diputados, la mayoría de las cuales han sido desestimadas por no cumplir con los requisitos legales.
