Este lunes, Temer también comentó sobre un manifiesto publicado en el diario "O Estado" de Sao Paulo, donde juristas propusieron una nueva Constituyente con el argumento de que "la República es más que las quejas en contra de los políticos y las instituciones".
Brasilia. El presidente de Brasil, Michel Temer, negó este lunes la existencia de negociaciones con los ex mandatarios Luiz Inácio Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso para mitigar efectos de la operación Lava Jato (Lavadero) en la vida política del país.
"No participo, no promuevo y nunca me han preguntado nada sobre eso (el acuerdo). Hasta el ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) dijo que no tuvo ninguna conversación en esa dirección. No la hay", dijo Temer a la prensa local.
"Lo que ocurrió es que cuando hice una visita al ex presidente Lula (2003-2010) en vista de lo sucedido (la muerte de la ex primera dama, Marisa Letícia), él dijo, citando a Fernando Henrique, que tenemos que hablar sobre la reforma política", explicó.
"Pero justo sobre ese tema. No se trata de lo que está sucediendo hoy en el país", agregó Temer.
La semana pasada, el Supremo Tribunal Federal (STF) autorizó investigar a casi un centenar de dirigentes políticos involucrados en las delaciones premiadas de ex ejecutivos de la constructora Odebrecht, sobre sobornos.
Versiones periodísticas apuntaron que habría en curso una negociación entre Temer, Da Silva y Cardoso para reducir el impacto de las denuncias y promover una especie de "amnistía" a muchos de los políticos involucrados, en especial los que recibieron dinero ilícito para financiar campañas electorales.
Temer calificó como "lamentables acontecimientos, desagradables e inquietantes" las acusaciones hechas por los ex ejecutivos de Odebrecht, ya que, al menos en su caso, son mentiras o falsedades.
Los delatores involucraron también al presidente en los actos de corrupción, pero Temer no será investigado por el STF debido a que la ley brasileña no permite investigar al mandatario por actos anteriores a su mandato.
"Es desagradable, ya que es una mentira. Yo quería decir que es desagradable y embarazoso, ya que no es cierto", expresó.
"Los hechos narrados, incluso, revelan un lenguaje que no utilizo. Son terribles acontecimientos, desagradables e inquietantes porque transmiten una imagen muy negativa de Brasil en el exterior", admitió.
Este lunes, Temer también comentó sobre un manifiesto publicado en el diario "O Estado" de Sao Paulo, donde juristas propusieron una nueva Constituyente con el argumento de que "la República es más que las quejas en contra de los políticos y las instituciones".
"Tengo respeto legal por las personas que participaron en este manifiesto, pero confieso que tengo cierta preocupación. La Constitución de 1988 fue de una generosidad extraordinaria porque ella ha introducido derechos liberales y sociales", dijo el presidente.
"Si se propone una Constituyente para la reforma política y, tal vez, impositiva, incluso diría que sería útil, pero con el debido respeto a los que firmaron el manifiesto, una nueva Constituyente se realiza cuando hay una ruptura con el Estado anterior mediante la colocación de otro Estado en el lugar", dijo.
Para Temer, una nueva Constituyente podría causar "disturbios", ya que las instituciones están operando plenamente en Brasil.
"Confieso que tengo que analizar un poco más este tema. Me parece que las cosas están funcionando", afirmó.