Si bien dijo que "formalmente no hubo rompimiento de la democracia", Juan Manuel Santos añadió que "no se deben utilizar procedimientos legales para abusar del poder, o por lo menos los requisitos básicos del debido proceso se deben respetar".
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, lamentó cómo se llegó a la "remoción" de Fernando Lugo como jefe del Estado de Paraguay, pero afirmó que "formalmente no hubo rompimiento de la democracia" porque se acataron las leyes de ese país.
Santos observó que si bien el Senado tomó la decisión de acuerdo con la Constitución y las leyes paraguayas, "no se deben utilizar procedimientos legales para abusar del poder, o por lo menos los requisitos básicos del debido proceso se deben respetar".
El mandatario hizo estas declaraciones en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, quien prefirió no hacer comentarios "sobre una decisión tomada en el Congreso paraguayo".
El presidente colombiano, frente a otros colegas de América Latina que han declarado no reconocer el nuevo Gobierno de Federico Franco, eludió declarar su postura y dijo que estudiará qué medidas tomará "en el marco de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)".
"En la práctica le dieron sólo dos horas para su defensa en el Senado porque (esta cámara) estableció su propio reglamento, lo cual va un poco contra el sentido común y la lógica", opinó al destacar que en ese tiempo no se puede justificar sus actos de Gobierno.
Además, aseveró que ha sido "la historia de una remoción anunciada, se sabía que iba a pasar".
El Senado paraguayo consideró "culpable" a Lugo de mal desempeño en sus funciones, lo que derivó en su inmediata destitución y el nombramiento en su cargo de Franco hasta la celebración de nuevas elecciones en abril de 2013.
Santos advirtió de que, ante la tensión que se registra como consecuencia de esta situación en las calles de Paraguay, "por ningún motivo puede haber violencia, muertes o situaciones que tengamos que lamentar".
La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza Bolivariana (Alba) cerraron filas para defender a Lugo y la primera incluso advirtió de posibles medidas de respuesta.