El pleno de la Cámara baja debe votar sobre el tema, pero se espera que también rechace los cargos la próxima semana, lo que evitaría que Michel Temer sea juzgado por el Supremo Tribunal Federal por presunta obstrucción a la justicia y ser parte de una organización criminal.
Brasilia. Una comisión del Congreso de Brasil rechazó este miércoles por 39 votos contra 26 los cargos contra el presidente Michel Temer en un caso de corrupción que involucra a JBS, la mayor procesadora de carne del mundo.
El pleno de la Cámara baja debe votar sobre el tema, pero se espera que también rechace los cargos la próxima semana, lo que evitaría que Temer sea juzgado por el Supremo Tribunal Federal por presunta obstrucción a la justicia y ser parte de una organización criminal.
En un testimonio de delación compensada, Joesley Batista -uno de los accionistas controladores de JBS- acusó a Temer de respaldar pagos de dinero a un potencial testigo.
Temer ha negado cualquier ilícito y sus abogados sostienen que el caso en su contra tiene fallas porque se basa en una grabación no probatoria que Batista hizo en secreto de una conversación con el presidente.
La Cámara baja decide si el presidente de Brasil puede ser sometido a juicio. Dos tercios de sus miembros deben votar a favor de aprobar los cargos para que estos avancen, un obstáculo que sus opositores no superarían.
Temer sobrevivió en agosto a un cargo de corrupción en la Cámara baja, relacionado con la misma trama de sobornos que los fiscales lo acusaron de armar para recibir un total de 38 millones de reales (11,8 millones de dólares) en pagos de JBS SA.
En los debates del miércoles en la comisión, el legislador opositor Alessandro Molon, del centroizquierdista partido Rede Sustentabilidade, dijo que Temer fue parte de una organización criminal que cobró sobornos. Acusó al presidente de participar en las decisiones de cómo repartir el dinero.
Los congresistas del Partido de los Trabajadores pidieron que Temer enfrente un juicio, afirmando que los cargos en su contra eran mucho más graves que los presentados contra su predecesora Dilma Rousseff, quien fue depuesta el año pasado por el delito de violar las leyes de presupuesto.
Los aliados de Temer dijeron que los cargos deberían ser desechados porque el país necesita que cumpla su mandato para mantener la estabilidad política y económica, agregando que el presidente sacó a Brasil de su peor recesión, puso la inflación bajo control, restauró el poder de compra de los consumidores locales.
El capital político y el tiempo que Temer ha gastado defendiéndose, sin embargo, ha retrasado una reforma clave al sistema de pensiones, la principal causa del déficit fiscal que costó a Brasil el grado de inversión en 2015.