En una entrevista publicada el sábado, Santos contó que el máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", pareció rechazar ese plazo.
New York. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo que un acuerdo parcial con la guerrilla izquierdista de las FARC casi se frustra cuando el líder del grupo rebelde se opuso en el último minuto a aceptar un plazo de seis meses como límite para poner fin a la negociación de paz, según un reporte del diario New York Times.
En una entrevista publicada el sábado, Santos contó que el máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", pareció rechazar ese plazo, cuando los dos se reunieron en La Habana esta semana en medio de gestiones para poner fin al violento conflicto de más de cinco décadas en el país sudamericano.
"Ese fue un momento difícil", dijo Santos en la entrevista que se realizó el viernes en Nueva York.
Santos reiteró que miles de combatientes de las FARC podrían beneficiarse de una amnistía, pero que los líderes del grupo rebelde, posiblemente Londoño, serían castigados de alguna manera.
El acuerdo sobre víctimas y justicia establece que los líderes rebeldes y militares que sean responsables de delitos de lesa humanidad deberán confesarlos para recibir penas de entre 5 y 8 años en condiciones especiales.
Santos dijo que los condenados por un tribunal especial serán confinados en "una instalación austera" pero que "no es una cárcel típica con pijamas blancas y negras".
Después de superar el tema de justicia, el más difícil en la negociación de casi tres años para poner fin a un conflicto que ha dejado al menos 220.000 muertos, la guerrilla y el Gobierno se comprometieron a concluir a más tardar en seis meses el diálogo con la firma de un acuerdo definitivo de paz.
Los avances entre el gobierno y las FARC aumentaron las esperanzas de concluir un acuerdo de paz, incluso en el complicado tema de la extradición para enfrentar cargos de tráfico de drogas en Estados Unidos, que ha gastado miles de millones de dólares en sus esfuerzos de lucha contra la droga en Colombia, y que sigue sin resolverse.
Los guerrilleros, narcotraficantes y paramilitares de derecha se oponen a la extradición, que por lo general significa largas condenas lejos de sus familias y menos oportunidades para sobornar a funcionarios.
Uno de los objetivos estadounidenses es Londoño, quien de acuerdo con acusaciones de Washington estuvo involucrado en la fabricación y el tráfico de cientos de toneladas de cocaína.