"Puedo confirmar que es cólera", dijo Rene Preval, mientras funcionarios de salud haitianos e internacionales enfrentaban la mayor crisis sanitaria en la empobrecida nación caribeña desde el terremoto del 12 de enero de este año.
Puerto Príncipe. El presidente de Haití, Rene Preval, dijo este viernes que un brote de cólera causó la muerte de al menos 138 personas en la región central del país, nueve meses después de un devastador terremoto, y que su gobierno estaba tomando medidas para contener su propagación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que se trata de la primera epidemia de cólera en el país en un siglo.
"Puedo confirmar que es cólera", dijo Preval a Reuters, mientras funcionarios de salud haitianos e internacionales enfrentan la mayor crisis sanitaria en la empobrecida nación caribeña desde el terremoto del 12 de enero de este año.
"Ahora nos estamos asegurando de que la gente esté al tanto de las medidas de prevención que tiene que tomar para evitar la contaminación", señaló Preval en la capital, Puerto Príncipe, luego de reunirse con funcionarios de salud del gobierno.
Las autoridades están esperando los resultados finales de test de laboratorio para determinar la causa de un repentino brote de diarrea aguda en las regiones de Artibonite y la Meseta Central, al norte de la superpoblada capital, devastada por el sismo.
Funcionarios de salud haitianos habían reportado más de 1.500 casos hasta este jueves a última hora. Los hospitales locales estaban colapsados con pacientes que sufren una diarrea intensa y las víctimas mueren por una rápida deshidratación, en algunos casos en horas.
Equipos médicos que integran las fuerzas internacionales que han estado ayudando a Haití desde el desastre del 12 de enero se movilizaron al área del brote, alrededor de la ciudad de Saint-Marc, en la región agrícola central haitiana que recibió a muchos de los sobrevivientes del sismo.
Los trabajadores humanitarios buscan evitar que la enfermedad se expanda a los extensos campos de refugiados en la capital, donde viven unas 1,5 millones de personas que se quedaron sin hogar luego del sismo, en el que murieron hasta 300.000 personas.