Eduardo Cunha, quien ha sido acusado de corrupción y lavado de dinero en uno de los mayores escándalos políticos que han sacudido al país, declinó comentar sobre las cuentas que fueron congeladas por las autoridades suizas.
Un grupo de legisladores pidió este jueves la renuncia del presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, después de que Suiza proporcionó a los fiscales brasileños detalles de las cuentas bancarias suizas a su nombre.
Cunha, quien ha sido acusado de corrupción y lavado de dinero en uno de los mayores escándalos políticos que han sacudido al país, declinó comentar sobre las cuentas que fueron congeladas por las autoridades suizas.
Cunha, que figura tercero en la línea de sucesión presidencial, es una figura clave en la crisis política que afecta a Brasil, ya que puede decidir si abre un juicio político contra la mandataria Dilma Rousseff, algo que sus oponentes están buscando.
La oficina del fiscal superior de Brasil dijo el miércoles que recibió de su homólogo suizo información sobre las cuentas bancarias de Cunha y familiares que están siendo investigados por sospecha de corrupción y lavado de dinero.
La oficina del Fiscal General de Suiza dijo en un correo electrónico a Reuters que los activos de Cunha fueron incautados después de que se abrió un proceso penal en su contra.
La investigación ha sido entregada a los fiscales brasileños, agregó el correo, ya que el político no puede ser extraditado al país europeo.
Quince legisladores firmaron una petición enviada a Cunha donde le solicitan que informe al Congreso si las cuentas bancarias son suyas y si las había declarado en sus declaraciones de impuestos.
"Es vergonzoso que el Congreso brasileño tenga un presidente que enfrenta tantas acusaciones de corrupción", dijo a la prensa Chico Alencar, un congresista de izquierda que firmó la petición.
Varios acusados en una investigación de sobornos pagados a través de contratos sobrevaluados de la petrolera estatal Petrobras han dicho en declaraciones a la fiscalía que Cunha recibió un soborno de cinco millones de dólares relacionado a contratos de dos buques de perforación construidos para Petrobras.
Cunha ha negado las acusaciones, y sólo se vería obligado a dimitir si es declarado culpable de corrupción por parte de la Corte Suprema, el único tribunal que puede juzgar a los funcionarios electos en Brasil.