El mandatario afirmó en un mensaje a la nación desde el Palacio de Gobierno que el Congreso, de mayoría opositora, ha boicoteado la reforma que busca combatir la corrupción en un país golpeado por un escándalo de favores entre jueces de alto rango y sobornos.
Lima. El presidente de Perú, Martín Vizcarra, invocó este miércoles un mecanismo constitucional que le permitiría disolver el Congreso si los legisladores no respaldan su iniciativa de una reforma política, en otro abierto desafío a la oposición.
El mandatario afirmó en un mensaje a la nación desde el Palacio de Gobierno que el Congreso, de mayoría opositora, ha boicoteado la reforma que busca combatir la corrupción en un país golpeado por un escándalo de favores entre jueces de alto rango y sobornos que involucró a la constructora brasileña Odebrecht.
"El Gobierno ha decidido presentar cuestión de confianza al Congreso respecto de las políticas de Estado de fortalecimiento institucional y lucha contra la corrupción", dijo Vizcarra junto a su gabinete y un grupo de gobernadores del país andino.
Según la Constitución peruana, un presidente puede cerrar el Congreso y convocar a nuevas elecciones legislativas si el Parlamento rechaza dos veces una "cuestión de confianza" sobre políticas de Estado solicitada por el jefe de Gobierno.
El Congreso unicameral ya rechazó un voto de confianza y despidió a un gabinete durante el actual mandato, en la gestión del expresidente Pedro Pablo Kuczynski, que renunció en marzo del año pasado en medio de acusaciones de corrupción.
Vizcarra, que era su vicepresidente, asumió el poder para completar la gestión gubernamental que culminará en 2021.
El Gobierno envió a inicios de abril al Congreso un paquete de 12 proyectos de reformas que incluye cambios constitucionales como eliminar la inmunidad de legisladores, prohibir el uso de dinero sucio en campañas electorales y que personas condenadas no puedan ser candidatos a un puesto público en elecciones.
Vizcarra se ha quejado de la lentitud para aprobar las reformas en el Congreso, que tiene como primera fuerza al partido Fuerza Popular, de la excandidata presidencial Keiko Fujimori.
"Esta firme decisión de corregir y cambiar el sistema político y de justicia afecta intereses de grandes grupos que son protegidos por políticos inescrupulosos. Corruptos y corruptores defienden sus intereses a costo de los peruanos", afirmó.
Oposición en alerta. La última vez que un mandatario cerró el Congreso en Perú fue en 1992 durante el gobierno de Alberto Fujimori, padre de Keiko, quien alegó obstrucción del Parlamento a reformas en temas de seguridad. Sus detractores afirman, sin embargo, que fue para tapar investigaciones de corrupción y consolidar su poder.
La propuesta de Vizcarra fue rechazada por la oposición.
La legisladora y portavoz de Fuerza Popular, Luz Salgado, dijo a periodistas que no teme un cierre del Congreso porque están cumpliendo su función de control sobre proyectos de reformas que implican cambios en la Constitución.
"Sabemos que tenemos que hacer las leyes, esperemos que el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial cumplan su función, todos en un respeto de nuestras propias atribuciones constitucionales y en el respeto del equilibrio de poderes", afirmó.
El partido de izquierda Frente Amplio, en cambio, anunció que respalda la posibilidad de un cierre del Congreso planteado por Vizcarra; al igual que el influyente legislador del grupo Concertación Parlamentaria, Juan Sheput, quien perteneció al partido oficialista que llevó al poder a Kuczynski.
Vizcarra no mencionó cuándo convocaría al Congreso para debatir su solicitud de "cuestión de confianza".
Un cierre del Congreso podría ayudar a Vizcarra a recuperar su popularidad. Un 70% de peruanos está de acuerdo con que el mandatario disuelva el Parlamento porque considera que frena reformas clave, según el Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
El apoyo a Vizcarra ha caído desde un 66% en diciembre a un 42% en mayo, en medio de un desgaste a un año en el Gobierno y de conflictos sociales, según la encuestadora Ipsos Perú.
