Las calles de Barcelona estaban tranquilas este lunes, pero las editoriales de los periódicos locales dijeron que el referendo prohibido ha preparado el escenario para un choque decisivo entre Madrid y la región.
Barcelona. El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, se enfrenta a la mayor crisis constitucional del país en décadas luego de que el referendo del domingo sobre la independencia de Cataluña, empañado por la violencia, abrió la puerta a la secesión su región más rica tan pronto como esta semana.
Las calles de Barcelona, la capital catalana, estaban tranquilas este lunes, pero las editoriales de los periódicos locales dijeron que el referendo prohibido, en el que funcionarios dijeron que el 90% de los participantes votó por abandonar España, ha preparado el escenario para un choque decisivo entre Madrid y la región.
“Todo puede empeorar”, dijo columna de opinión del periódico moderado La Vanguardia después de que la policía española utilizó bastones y balas de goma para interrumpir la votación, provocando violencia que las autoridades catalanas dicen dejó unos 840 heridos.
”“Entramos en la fase de la huelga y de las protestas en la calle (...) A más movilizaciones, más represión”, agregó.
Cataluña es un centro de industria y turismo que representa una quinta parte de la economía española, una base de producción de grandes multinacionales desde Volkswagen a Nestlé y alberga el puerto marítimo de mayor crecimiento de Europa.
El líder regional catalán, Carles Puigdemont, dijo el domingo que los catalanes “hemos ganado el derecho a ser escuchados y reconocidos, y nos hemos ganado el derecho a tener un estado independiente en forma de república”.
Los comentarios de Puigdemont no llegaron a ser una declaración unilateral de secesión, pero lanzaron un reto a Rajoy, que tiene el poder constitucional de remover al gobierno regional y poner a Cataluña bajo control central en espera de nuevas elecciones.
Eso elevaría aún más las tensiones en la región de 7,5 millones de habitantes, un antiguo principado con su propia lengua y cultura, y podría dañar la recuperación de la economía española.