Tres días después de haber asumido, el mandatario francés deberá discutir una salida anticipada de las tropas galas en Afganistán con su par estadounidense.
París. El presidente francés, Francois Hollande, enfrentará una prueba diplomática tres días después de haber asumido el cargo cuando discuta una salida anticipada de las tropas galas en Afganistán con el presidente estadounidense, Barack Obama, y aliados de la OTÁN en su primera incursión en la escena mundial.
El primer líder socialista galo en 17 años es poco conocido fuera de Francia y tendrá un bautismo de fuego, volando primero a Alemania para desafiar allí el enfoque de Berlín sobre la austeridad y luego a Estados Unidos para reunirse con Obama y asistir a las cumbres del G8 y la OTÁN.
Las conversaciones en Camp David y Chicago serán el primer encuentro entre los líderes mundiales y Hollande, un experimentado miembro del partido que nunca ocupó un puesto ministerial y cuya manera afable y conciliadora marcará un cambio de estilo con respecto al impulsivo Nicolas Sarkozy.
"No veo ese fuerte internacionalismo o activismo que Sarkozy había manifestado", dijo Stephen Flanagan, del Centre for Strategic and International Studies.
"Sigue habiendo una cierta cantidad de orgullo francés en esta idea de ser aún un actor global. Dudo que sea tan prominente bajo los socialistas", agregó.
La guerra en Afganistán encabezará la agenda de las conversaciones del Grupo de los Ocho y la OTÁN en Camp David y Chicago.
"Sin querer tomar riesgos, creo que es tiempo de retirar nuestras tropas de combate para fines del 2012", dijo Hollande el 2 de mayo, cuatro días antes de derrotar al conservador Nicolas Sarkozy. "Anunciaré esta decisión en la cumbre de la OTÁN", agregó.
La principal promesa de política exterior de Hollande es popular en su país, aún cuando funcionarios del Ministerio de Defensa creen que sería técnicamente complicado sin poner soldados en peligro.
"Las promesas de campaña y la realidad política son muy diferentes", dijo un funcionario de ese ministerio, que no quiso ser identificado, agregando que una fecha límite para mediados del 2013 sería más plausible.
Pese a los planes para desafiar a la canciller alemana, Angela Merkel, sobre el pacto fiscal europeo, y a Obama sobre el cronograma de retirada de Afganistán, los colaboradores de Hollande dicen que su personalidad conciliadora favorecerá una diplomacia positiva.
El presidente de 57 años, quien está invitado a la Casa Blanca antes de las conversaciones del G8 para su primera reunión con Obama, dijo que bajo su liderazgo París va a ser un aliado confiable para Washington, pero que no estará atado al país norteamericano.
Francia tiene 3.400 soldados en Afganistán, 14 helicópteros, 900 vehículos y 1.400 contenedores que necesitarían ser retirados del país.
Necesitará negociar autorizaciones de Uzbekistán y Pakistán para poder utilizar sus carreteras así como acuerdos para contratar aviones lo suficientemente grandes para transportar esas cargas.
Los aliados de la OTÁN no han dejado de intentar forzar a Hollande para que dé marcha atrás. El gobierno de Obama envió una delegación liderada por el subsecretario de Asuntos Europeos Philip Gordon para reunirse con el equipo de Hollande y discutir el tema de la OTÁN el 11 de mayo.
"Dejémoslo que estudie los temas, que arme su gabinete. Tendremos oportunidad en París para hablar sobre algunos de estos (temas)", dijo Gordon al comité de relaciones exteriores antes de volar a París. "Estamos seguros de que Francia está comprometida con la OTÁN y con Afganistán", agregó.
La violencia en Siria y una nueva ronda de conversaciones nucleares con Irán que comenzarán el 23 de mayo en Bagdad también darán a Hollande la oportunidad de expresar su visión sobre esos temas.
Hollande ha dicho que respaldará una intervención militar en Siria si hubiera un mandato del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y que apoyaba sanciones más duras contra Irán para evitar una escalada militar.