La decisión se produce dos días después de que la misión de la OACNUDH en Managua divulgara un informe en el que acusó al Gobierno de Ortega de cometer "represión y represalias" contra manifestantes opositores.
Managua. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, expulsó a una misión del Alto Comisionado Naciones Unidas para Derechos Humanos (ACNUDH) luego de que esta denunció un "alto grado de represión" de protestas contra el Gobierno.
La carta, cuya copia fue distribuida a periodistas por la vicepresidenta Rosario Murillo, está dirigida a Marlene Alejos, representante regional para Centroamérica de la OACNUDH.
La decisión se produce dos días después de que la misión de la OACNUDH en Managua divulgara un informe en el que acusó al Gobierno de Ortega de cometer "represión y represalias" contra manifestantes opositores desde abril pasado y planteó duras críticas a la actuación de las autoridades frente a la crisis, que ha dejado cientos de muertos y miles de heridos.
Según el canciller, el Gobierno invitó a la misión al país el 19 de junio para que "diera acompañamiento" a una comisión de verificación creada en el diálogo nacional, suspendido desde julio, para "asegurar el desmantelamiento de los tranques" (retenes colocados por manifestantes en carreteras).
"Considerando que han cesado las razones, causas y condiciones que dieron origen a dicha invitación, este Ministerio comunica que da por concluida la invitación y finalizada la visita", señala la carta, que tiene fecha 30 de agosto.
Este miércoles por la noche, unas horas después de su publicación, Ortega rechazó enérgicamente el informe y acusó al órgano de la ONU de ser "un instrumento de la política de la muerte, del terror y la mentira, de la infamia".
Antimotines y activistas oficialistas frente a hotel de ONU. La OACNUDH recomendó en sus conclusiones formar una Comisión de la Verdad imparcial para investigar crímenes y delitos.
Tras conocerse la noticia de la expulsión, grupos de policías antimotines y manifestantes oficialistas con banderas del gobernante Frente Sandinista fueron movilizados frente a la sede del hotel donde se aloja la misión internacional, que aparentemente aún no ha abandonado el país.
La sorpresiva decisión oficial fue cuestionada por la presidenta del no gubernamental Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, quien en rueda de prensa la calificó de "insólita" e"inaceptable" y aseguró que traerá "consecuencias muy negativas" para el Gobierno de Ortega.
Por su parte, el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, expresó en Twitter: "La decisión del Gobierno de Nicaragua de expulsar a la delegación de la ONU desprestigia al país en la comunidad internacional y no hace bien a la sociedad nicaragüense".
"Ortega se aterroriza con la sola mención de la Comisión de la Verdad que recomendó la misión del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Que no le quepa duda, habrá Comisión de la Verdad y entonces, habrá justicia", tuiteó a su vez la dirigente opositora Dora María Téllez, del disidente Movimiento Renovador Sandinista.
Piden intervención de Bachelet. También reaccionó en Twitter el director de Human Rights Watch (HRW), José Luis Vivanco, al señalar que "con la expulsión de los funcionarios de Naciones Unidas, Ortega le toma el pulso a la expresidenta chilena Michelle Bachelet, àmbachelet que asumirá en pocos días como Alta Comisionada para DDHH".
Según Vivanco, Bachelet "debe exigir públicamente la presencia de la ONU para proteger los DDHH de las personas oprimidas por el régimen" de Nicaragua.
La crisis en Nicaragua se inició el 18 de abril con una protesta de estudiantes y se agravó tras la violenta acción de la Policía y paramilitares contra manifestantes, que según ONGs de derechos humanos dejó hasta 450 muertos y 2.800 heridos. El Gobierno registra 198 muertes.