"Yo crecí en un molde muy rígido. Y mis padres me decían de chico: ´donde no estás invitado, no te vas´. No voy a ir a la Cumbre, pero vamos a dejar en claro la posición del país", anunció Franco.
El presidente de Paraguay, Federico Franco, severamente cuestionado por los países de Sudamérica, no asistirá a las Cumbre Iberoamericana que se ralizará en noviembre en España, decisión que parece destrabar definitivamente el encuentro.
"Yo crecí en un molde muy rígido. Y mis padres me decían de chico: ´donde no estás invitado, no te vas´. No voy a ir a la Cumbre, pero vamos a dejar en claro la posición del país", anunció Franco, en una entrevista que reprodujeron la estatal agencia IPP y sitios de los princpales diarios asunceños.
El mandatario paraguayo sí confirmó que se reunirá en Nueva York, durante la Asamblea Anual de la ONU, con su par de España, Mariano Rajoy, para hablar de esta cuestión y "aunar más los vínculos" bilaterales.
Franco admitió que Paraguay "no será invitado porque, si no, no van los otros países", según lo que explicaron autoridades españolas, y juzgó "absolutamente inoportuna, innecesaria e inconveniente" esa declaración.
El Ejecutivo encabezado por Franco surgió tras un cuestionado juicio político realizado en apenas 20 horas, que terminó con la destitución del mandatario constitucional, Fernando Lugo, y derivó en la exclusión de Paraguay del Mercosur y de la Unasur, los dos grandes bloques integracionistas de la región.
Aunque ningún gobierno de la región lo anticipó expresamente, algunas versiones e informaciones que circularon en ámbitos diplomáticos especulaban con el malestar que provocaría la presencia de Franco en la Cumbre y hasta con la posibilidad de que se ausentaran otros presidentes.
En la sureña ciudad española de Cádiz, los presidentes y jefes de Estado de países de habla hispana de América, más los de España, Portugal y Andorra protagonizarán la XXII Cumbre Iberoamericana, el 16 y 17 de noviembre, fecha elegida para que coincida con el Bicentenario de la Constitución española de 1812.
Igualmente, en sus declaraciones Franco pareció destinar algunas palabras a sus pares de Sudamérica, al anticipar que en pocos días más, cuando le toque hablar ante la ONU, dejará en claro "la situación real" derivada de "un juicio político que está establecido en la Constitución".
"Vamos a hacer mención a lo injusto, arbitrario, ilegítimo e ilegal que fue la separación de Paraguay dentro del Mercosur, y al mismo tiempo, permitiendo el ingreso de Venezuela", expresó Franco.
Consultado sobre si prevé algún "desaire" de presidentes vecinos, Franco reseñó que Paraguay "ha soportado no solamente desaires sino guerras, y tiene un pueblo estoico".
"Cuando nos independizamos de España, no requerimos de libertador extranjero. Aquí nunca vino un libertador, ni (José de) San Martín ni (Simón) Bolívar ni (Antonio) Sucre ni nadie; la independencia la hicimos los paraguayos sin derramar una gota de sangre. Somos un pueblo pacífico, pero digno y soberano", remarcó.
España había considerado esta misma semana que resultaba "prematuro e inapropiado" especular sobre si Franco estaría en Cádiz, una declaración que no lograba dispersar por completo las dudas sobre qué actitud tomarían los demás mandatarios.
Mediante un comunicado, la embajada en Asunción informó que "la participación de Paraguay en dicha Cumbre será objeto de las conversaciones" que Rajoy mantendría con Franco en Nueva York, un punto que con la declaración del mandatario guaraní parece saldado.
De la hermética la visita del secretario de Estado Iberoamericana, Jesús Gracia, la semana pasada a Asunción, trascendó que llevó al Palacio de López un pedido a Franco para que desista de ir a la cumbre.
Con todo, Franco explicó su deseo de tener una postura "de acercamiento" con España e intentó buscar una nota de discordia al afirmar que en Paraguay "no se ha estatizado una sola empresa española, no se le ha cercenado ni se le ha bloqueado a ninguna empresa española", en obvia alusión a la reestatización de YPF resuelta por el Congreso argentino.