El mandatario dice ser víctima de una trampa e insiste en concretar las antipopulares reformas económicas.

A través de una extensa editorial publicada en uno de los periódicos de mayor circulación en Brasil, Folha de Sao Paulo, el presidente de Brasil, Michel Temer se dirigió a los brasileños para responder al escándalo provocado después que se conociera una grabación donde el mandatario parece avalar sobornos a políticos.

La investigación abierta por la Corte Suprema en contra de Temer por corrupción pasiva, obstrucción a la Justicia y asociación ilícita, con base en el testimonio de ejecutivos del grupo JBS en el marco de un acuerdo de colaboración judicial, tuvo en silencio al mandatario. Sin embargo, en el texto publicado hoy 28 de mayo de 2017, Temer es claro al señalar que no renunciará a su cargo, al que llegó después que Dilma Rousseff fuera procesada y destituida del poder por irregularidades fiscales.

Desde que se desató el escándalo, Temer ha perdido el apoyo de varios partidos en la Cámara de Diputados y tanto la oposición como algunos legisladores de su base han exigido su renuncia inmediata.

Las reformas siguen adelante. Uno de los puntos ampliamente tratados en el texto escrito por el presidente brasileño es la concreción de las reformas económicas que impulsó su administración, las que han causado molestar entre la ciudadanía, sobre todo en lo que respecta al sistema de pensiones que ha desatado numerosas manifestaciones en Brasil.

"Vamos a perseverar en esa travesía. No me desviaré de entregar a mi sucesor, en 2019, un país en condiciones mucho mejores a las que lo recibí", aseveró el mandatario en 'Folha de Sao Paulo'.

"Como tengo dicho, Brasil no paró y no va a parar, pese a la crisis política por la cual reconozco estamos pasando", dijo Temer, además de reafirmar su "compromiso total con la agenda reformista". En su opinión, "Brasil no se sustentará" sin las reformas económicas porque con ellas se crea un "ambiente confiable para la inversión y el crecimiento. Todos, incluso la oposición, saben de eso", añadió.

La crisis política ha paralizado la aprobación de la reforma "más relevante", como califica Temer, a la del sistema de pensiones, que endurece las condiciones para obtener esa prestación al establecer como edad mínima para la jubilación los 62 años para mujeres y los 65 para hombres, con un mínimo de 25 años de cotización. Al tramitarse como enmienda constitucional, se requiere 3/5 de votos favorables, es decir, el apoyo de 308 diputados para que el proyecto siga al Senado, un número ahora en peligro.

Rechazo a las acusaciones. Al finalizar la editorial, el presidente vuelve a referirse a la investigación en la que está siendo sometido después de la filtración de audios que lo inculpan.

"Demócrata como soy, veo la libertad de expresión ser extrapolada por interpretaciones voluntaristas, sin que se comprueben bien los datos", escribió Temer, y agregó: "falsas confesiones son difundidas en una grabación clandestina, inservible, según los peritos, como prueba, y que ni siquiera fue revisada".

"A los criminales que planearon todo les dieron un pasaporte libre para que vivan con lujos en cualquier parte del mundo(…) En lo que a mí compete, seguiré trabajando por Brasil", concluye.

Brasil, golpeado desde hace años por una serie de escándalos de corrupción y por una severa crisis económica, está desde el 17 de mayo de 2017 en vilo por la eventual caída del presidente. Los principales medios y analistas políticos del país dan casi por hecho la salida de Temer, y enfocan su atención en el complejo proceso político que se iniciaría si esto sucede.

Según la Constitución, si Temer renuncia o es destituido, el Congreso deberá realizar una elección indirecta para escoger a la persona que completará el período iniciado por Dilma Rousseff en 2015, que concluye el 1 de enero de 2019.