Durante un acto de campaña de su Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), amenazó con ordenar más arrestos de directivos de tiendas privadas donde se formen largas filas, que asegura son provocadas para sabotear su gestión.
Caracas. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó este miércoles la detención de dos gerentes de cadenas de supermercado a quienes acusó de generar descontento en la población antes de las elecciones parlamentarias del domingo.
Durante un acto de campaña de su Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), amenazó con ordenar más arrestos de directivos de tiendas privadas donde se formen largas filas, que asegura son provocadas para sabotear su gestión pese a que la oposición sostiene que se deben a una escasez crónica de bienes básicos.
"¡Donde veamos que pongan a hacer cola al pueblo, presos tienen que ir! ¡Justicia!", gritó Maduro eufórico en el occidental estado Lara durante un acto de campaña de cara a las próximas elecciones en las que la oposición luce favorita.
Sin mencionar los nombres de los supermercados y los detenidos, dijo que dio la orden al servicio de inteligencia Sebin porque comprobó en un recorrido esta semana por el país que los locales, pese a estar abastecidos con mercancía, demoraban en venderla.
"Ahí está (el gerente) preso en el Sebin, y hoy pregunté (...) ¿cómo está el automercado grande?, ¿hay cola? Se acabó la cola, están vendiendo normal", afirmó en la concentración de sus seguidores transmitida por el canal estatal.
La aprobación del mandatario socialista, que había caído a un mínimo de 21% en octubre, aumentó hasta un 32,3% en noviembre durante la campaña electoral, según un sondeo de la firma Datanálisis. Aún así, el partido gobernante por primera vez corre el riesgo de perder el control del parlamento.
Maduro lucha por recuperar su popularidad, afectada principalmente por la alta inflación y la falta de bienes esenciales que hasta han llevado al Gobierno de Maduro a firmar acuerdos especiales con otros países.
Críticos del Gobierno y empresarios han afirmado que los supermercados y abastos, entre otras tiendas, tienen problemas para abastecerse por el severo recorte de importaciones que se agudizó tras el desplome de los precios del petróleo, la principal fuente de divisas de la nación.
Pero el Gobierno aprovecha cualquier oportunidad para responsabilizarlos y no es la primera vez que Maduro da una orden de este tipo.
A principios de febrero, el heredero político del fallecido Hugo Chávez ordenó una serie de inspecciones en supermercados y farmacias para enfrentar lo que califica una "guerra económica" causante de la crisis que ha erosionado el poder de compra de los venezolanos.
En esa oportunidad, algunos directivos fueron detenidos y meses después liberados.
Ya el martes Maduro había amenazado con enviar a la cárcel a gerentes de la unidad local de la transnacional de alimentos Heinz, acusándolos de confabularse con el sector privado local para provocar su salida con el sabotaje en la producción y venta de alimentos básicos.