Joaquín "El Chapo" Guzmán escapó el 11 de julio a través de un túnel de un kilómetro y medio que desembocó en su celda, convirtiendo uno de los mayores éxitos de Peña Nieto -su captura en febrero del 2014- en una de sus peores derrotas.
Humillado por el escape del delincuente más buscado de una prisión de máxima seguridad, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto está bajo presión para reemplazar a su secretario de Gobernación, el encargado de la seguridad en el país.
Pero consideraciones políticas podrían detenerlo.
Joaquín "El Chapo" Guzmán escapó el 11 de julio a través de un túnel de un kilómetro y medio que desembocó en su celda, convirtiendo uno de los mayores éxitos de Peña Nieto -su captura en febrero del 2014- en una de sus peores derrotas.
"Es un hecho que el Gobierno tiene que resolver y está expuesto (...) a ser juzgado severamente", dijo el senador Manuel Cota, del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La fuga, la segunda desde que el narcotraficante escapó de otro penal en 2001, dejó al presidente mal parado ante la oposición y los medios de comunicación, desde donde llovieron críticas sobre todo hacia el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong.
Osorio es uno de sus principales hombres del gabinete junto con el secretario de Hacienda y es visto como un serio contendiente para suceder a Peña en el 2018.
Pero pese a que la fuga de Guzmán es uno de los mayores escándalos en lo que va de la administración de Peña, el mandatario muestra resistencia a hacer cambios y mantiene a Osorio, mientras miles de policías y soldados peinan el país buscando al prófugo.
"Un cambio así de súbito no sería la respuesta más adecuada. El hecho que se está haciendo frente a la situación y se están tomando decisiones es lo más congruente que se puede hacer", opinó Ana Isabel Allende, legisladora del PRI.
Despedir a Osorio sería castigar al hombre que supervisó la recaptura de Guzmán en 2014 sin darle la oportunidad de redimirse, dijo otro integrante del PRI bajo condición de anonimato.
Los medios se han encargado de reproducir una entrevista que Peña dio en febrero del 2014 cuando dijo que sería "imperdonable" que el líder del cártel de Sinaloa, considerado uno de los mayores narcotraficantes del mundo, escapara otra vez.
"Estamos tomando providencias, es algo en lo que he insistido, créeme que todos los días al titular de gobernación es algo que le (dije), '¿y lo tienes bien vigilado, estás seguro?'," dijo Peña finales de febrero 2014.
Tres miembros del partido gobernante dijeron a Reuters en privado que consideran que Osorio, de 50 años, debe ser reemplazado.
Por su parte, dos altos funcionarios del Gobierno vieron como más seguro que sea el Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, quien sea sustituido.
El gabinete de Seguridad de Peña se anotó varios éxitos con las capturas de varios capos del narcotráfico en los últimos años, pero éstas se vieron opacadas por la ejecución extrajudicial de supuestos delincuentes por parte del Ejército y la masacre de 43 estudiantes el año pasado.
Si bien los homicidios han bajado durante el actual Gobierno frente a las cifras récord de la administración de Felipe Calderón, las fuerzas de seguridad no han logrado abatir la violencia de la delincuencia organizada en varios estados como Tamaulipas, Michoacán, Guerrero y Jalisco.
Cuatro altos funcionarios del Gobierno dijeron que creen que Osorio no será removido y el propio secretario de Gobernación ha rechazado esa posibilidad.
"Los momentos de crisis no son para renunciar, son para enfrentarlos", señaló recientemente.
Peña podría continuar resistiendo las demandas de despedir a Osorio para mantenerlo como posible candidato cuando todavía faltan tres años para las elecciones. Si opta por cambiarlo, Osorio podría ser el próximo líder del PRI, que se apresta a elegir nuevo dirigente, dijeron miembros del partido.
Al mismo tiempo, la imagen de Luis Videgaray, el secretario de Hacienda, está también dañada por la debilidad de la economía y un escándalo de conflicto de intereses por haber comprado una casa a un empresario beneficiado con contratos del Gobierno.
También Peña y su esposa, Angélica Rivera, adquirieron casas a contratistas, lo que junto con el crimen de los estudiantes derribaron la popularidad del mandatario entre finales del 2014 y principios del 2015.
Políticos de oposición dibujaron un vínculo directo entre estos escándalos y el escape de Guzmán.
"La fuga... no es la obra de una ingeniería milimétrica conducida por geolocalización, es fruto de la enorme corrupción que enloda a su Gobierno", dijo el senador del centrista Partido Acción Nacional (PAN), Javier Corral.