El primer ministro británico, David Cameron, dijo que “el punto absolutamente vital es que estamos conscientes de que el futuro de las islas Falklands es una cuestión del pueblo mismo”.
En los últimos años, la estrategia diplomática argentina se centra en instalar con fuerza el tema de las Malvinas en foros internacionales, así como uno de los asuntos más importantes de defensa regional sometidos a debate en la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).
El litigio data de 1833, cuando la tropa inglesa expulsó a la población argentina de las islas Malvinas —Falklands, para los británicos—, y será parte de la agenda de la sexta Cumbre de las Américas del 13 de abril en Colombia. El tema es un dolor de cabeza para EE. UU., que apoyó a los británicos en 1982.
Esa confrontación cobró la vida de 649 soldados argentinos y 255 británicos.
El 2 de enero de 1833, el Reino Unido tomó el control de las islas Malvinas, y desde esa fecha Argentina ha reclamado su legítima soberanía sobre el archipiélago.
En apoyo a Argentina, el resto de países sudamericanos se comprometieron este año a cerrar sus puertos al ingreso de navíos británicos, en sintonía con múltiples rechazos de la Unasur a la presencia militar del Reino Unido.
Argentina niega el acceso a sus puertos a pesqueros que faenen en las Malvinas y además presiona con denuncias, demandas penales y amenazas de sanciones económicas a toda empresa vinculada con la explotación petrolera en esas islas.
El analista argentino de política internacional, Jorge Castro, destacó el respaldo de los países emergentes —China, India y Brasil— a la reivindicación de Argentina sobre Malvinas y descartó toda posibilidad de un conflicto bélico entre ambos países.
La conmemoración de la guerra contra Inglaterra viene precedida por una división de opiniones en torno a cuál deber ser la mejor ofensiva diplomática, sabiendo que un 80.5 por ciento de los argentinos considera justo el reclamo de soberanía.
Despliegue militar. Con unos mil 300 soldados, uno de los destructores más modernos —el Dauntless—, un submarino nuclear y un escuadrón de aviones Typhoon desplegados en ese archipiélago, el Reino Unido deja claro que no tiene intenciones de negociar la soberanía y, mucho menos, ceder su control de las islas.
El primer ministro británico, David Cameron, acusó a Argentina de tener actitud colonialista, mientras la tensión aumenta. “El punto absolutamente vital es que estamos conscientes de que el futuro de las islas Falklands es una cuestión del pueblo mismo”, dijo Cameron.
El gobernador británico en Malvinas, Nigel Haywood, dijo que no tiene sentido negociar con Argentina, dado que Buenos Aires no respeta el derecho isleño a la libre determinación. La tensión no termina entre el país sudamericano y el europeo.
Historias. A punto de cumplirse 30 años del conflicto, muchos exsoldados exigen que se les reconozca como veteranos de guerra, mientras sus historias cobran protagonismo.
Relatos como la de Pedro Cáceres, un argentino de 49 años que siente que pudo cerrar un capítulo de su vida al volver por primera vez a las islas la semana última, y recorrer los lugares donde hace tres décadas sorteó bombas, esquivó balas y soportó bajas temperaturas sin tener dimensión de lo que ocurría.
“Recorrí los lugares en los que estuve durante la guerra. Encontré incluso orificios de bomba que cayeron cerca de mí”, explicó el veterano.