El primer grupo de 30 estadounidenses son los pioneros de una nueva era de viajes descritos como de "pueblo a pueblo", un intercambio puesto en práctica por el gobierno de Barack Obama y aprobado en enero de este año para "mejorar el flujo libre de información" entre EE.UU. y Cuba.
El primer grupo de estadounidenses llegados a Cuba bajo nuevas y más liberales normas fue recibido con abrazos, apretones de mano y un gobierno cubano ofreciéndoles la bienvenida, de acuerdo a uno de los organizadores del viaje.
Los 30 estadounidenses son los pioneros de una nueva era de viajes descritos como de "pueblo a pueblo", un intercambio puesto en práctica por el gobierno de Barack Obama aprobado en enero para "mejorar el flujo libre de información", aunque con objeciones de los exiliados de línea dura que se oponen al gobierno de La Habana.
Se estima que entre 30 y 35 agencias de viajes han obtenido las licencias bajo las nuevas regulaciones, que fueron establecidas inicialmente por el presidente Bill Clinton en 1999, pero revocadas por su sucesor, el mandatario George W. Bush.
El primer grupo de estadounidenses ha visitado centros para ciegos, clínicas, museos de arte, asistieron a presentaciones musicales y a las plantaciones de tabaco; además han recorrido las calles de la Habana Vieja, en una impresión inicial de la fruta prohibida que ha sido Cuba durante cinco décadas bajo el embargo comercial de Estados Unidos.
Las reacciones del grupo han sido muy variadas, dijo Tom Popper de Insight Cuba, la agencia que ha organizado el primer viaje.
"Algunas personas se sorprenden por lo que ven y se han asombrando por el pueblo, la cultura y todo lo que les rodea", dijo Popper esta semana a Reuters.
"Y algunas personas sienten que es horrible que conseguir el café sea una lucha y que los alimentos sean difíciles (de encontrar), que existan dos economías y que un médico tenga que manejar un taxi para complementar sus ingresos", afirmó.
Popper calificó de emotiva una visita a un centro para ciegos en la isla, donde unas 40 personas esperaban al grupo aplaudiendo a su llegada.
"Ellos tuvieron una presentación, un par de ellos tocaba música, bailaron juntos. La gente se abrazó. Hubo lágrimas en todas partes. Fue simplemente hermoso", destacó.
Estos intercambios, dijo, "hacen una diferencia en los estadounidenses y hacen una diferencia en los cubanos. Así que solo espero que tal vez algún día se pueda ver el valor de lo que estamos haciendo", agregó.
Oposición al acercamiento. "Ellos" son los políticos de Estados Unidos (...), en su mayoría exiliados cubanos, que se oponen al acercamiento con el Gobierno encabezado por el presidente Raúl Castro y creen que el viaje de estadounidenses a Cuba ayuda al sistema comunista cuya caída han esperado durante 50 años.
Los exiliados de línea dura han luchado por preservar esa parte del embargo que impedía que casi todos los estadounidenses viajen a Cuba.
"En principio, el anuncio de enero del presidente significa que prácticamente cualquier estadounidense con un interés serio en Cuba puede viajar", dijo John McAuliff, jefe del Fondo de los defensores de la Reconciliación y el Desarrollo para un mejoramiento de las relaciones de Estados Unidos con Cuba.
Entre otras cosas, las nuevas regulaciones permiten a los estadounidenses ir a Cuba a través de agencias de viajes como Insight Cuba que obtienen una licencia de Washington para llevar a cabo "los intercambios pueblo a pueblo", que significa que debe ser educativo e interactivo con los cubanos.
"No hay playas", dijo Popper.
Los turistas se extendían esta semana por toda Cuba, pero al llegar el jueves pasado, uno de los participantes elogió las virtudes de la apertura de viajes.
"Es maravilloso que más gente pueda venir aquí, por el hecho de que se trata de un pueblo a otro, en lugar de un gobierno a otro. Creo que la gente tiene una manera de llegar a un acuerdo en un montón de problemas que los gobiernos no pueden hacer", dijo un hombre que se identificó como James Bond.
Popper dijo que el gobierno cubano ha ayudado a organizar los eventos para el grupo, incluidas las sesiones con los funcionarios que respondieron "preguntas muy fuertes" del grupo.
El gobierno cubano con problemas de liquidez da la bienvenida a más estadounidenses porque el turismo es una fuente de ingresos importante para la isla, sino también porque tiene la oportunidad de cambiar las percepciones.
McAuliff estimó que un máximo de 100.000 estadounidenses podrían viajar a Cuba este año bajo las nuevas regulaciones.
Los cubano-estadounidenses, miembros del Congreso de Estados Unidos, han propuesto ya una legislación para revertir los reglamentos por lo que queda por ver cuánto tiempo podrían durar los viajes.
"Va a marcar una verdadera diferencia en las actitudes de ambos países si se aplican plenamente, que es lo que aterroriza a los extremistas cubano-estadounidenses", dijo McAuliff.