El director de la autoridad de protección civil, enviado a Nápoles por el primer ministro Silvio Berlusconi para lidiar con la última crisis por la basura, propuso suspender la apertura del nuevo vertedero para "aplicar óptimas condiciones medioambientales y sanitarias".
Napoles. El gobierno italiano decidió suspenderla apertura de un nuevo vertedero cerca de Nápoles tras semanas deprotestas de residentes, quienes dijeron este domingo que la medida noera suficiente, mientras toneladas de basura seguían apiladas en callesde la ciudad.
El director de la autoridad deprotección civil, enviado a Nápoles por el primer ministro SilvioBerlusconi para lidiar con la última crisis por la basura, propusosuspender la apertura del nuevo vertedero para "aplicar óptimascondiciones medioambientales y sanitarias".
GuidoBertolaso dijo que el acuerdo propuesto estaba condicionado al términode las protestas, pero durante la madrugada se produjeron nuevosenfrentamientos entre manifestantes y la policía en Terzigno, unalocalidad en las afueras de Nápoles a los pies del monte Vesubio y ellugar en el que se instalaría el nuevo vertedero.
Dos manifestantes fueron arrestados y seis personas resultaron heridas, según la policía.
"Las protestas deben cesar inmediatamente", afirmó Bertolaso el sábado por la noche. "Esta es la única condición", agregó.
Losalcaldes de las localidades próximas a la instalación, en las que losvecinos se quejan de la peste y de los residuos tóxicos del vertederoactual, se negaron el domingo a firmar la propuesta de Bertolaso.
"Nuestrosciudadanos quieren más garantías, no pudimos obtenerlas, así quedecidimos no firmar el documento", declaró a la prensa GennaroLangella, alcalde de Boscoreale. Luego se programó un nuevo encuentropara el martes.
Bertolaso dijo que el vertederoque ya existe en Terzigno seguirá utilizándose hasta que se llenecompletamente y que se limpiaría, mientras que el resto de la basura deNápoles iría a otros vertederos y a un incinerador cercano.
Sinembargo, los hediondos residuos seguían amontonándose en las calles dela tercera ciudad más grande de Italia y sus localidades cercanas,exasperando a los vecinos, que establecieron fogatas para intentarquemarlos durante la noche.
Años de oportunismopolítico y corrupción, además de la influencia del crimen organizado,han convertido el tratamiento de los residuos en Nápoles en un problemade enorme gravedad que varios gobiernos no han podido resolver.
Estaúltima crisis es un motivo de sonrojo para Berlusconi, que suelepresumir de haber limpiado las calles de Nápoles poco después de llegaral poder por tercera vez en el 2008 y lo considera uno de losprincipales logros de su Gobierno.
El viernesprometió adoptar medidas rápidamente, así como destinar 14 millones deeuros para renovar el vertedero de Terzigno, y aseguró que estasinstalaciones no suponen un peligro para la salud pública.
Lacomisaría de Medio Ambiente de la Unión Europea, Janez Potocnik, dijoel sábado en un comunicado que estaba muy preocupada por la situaciónen Nápoles y que las medidas adoptadas por las autoridades desde laúltima crisis de este tipo en 2007 parecía n ser insuficientes.