La ministra de Salud, Midori de Habich, explicó que el aborto terapéutico no es aplicable en casos de violación sexual ni cuando la paciente sufra de enfermedades congénitas.
El protocolo para practicar el aborto terapéutico, un requisito que esperó 90 años para que el procedimiento fuera aplicado por igual en los hospitales del país, entró este domingo en vigencia en Perú, ante el enojo de la Iglesia católica.
El Gobierno peruano presentó el viernes pasado la guía técnica o protocolo para realizar el procedimiento en casos en los que la mujer esté en riesgo de muerte y tenga menos de 22 semanas de gestación, entre otros requisitos, y entró en vigor un día después de haber sido publicado en el diario oficial El Peruano.
La ministra de la Mujer, Carmen Omonte, declaró este domingo al Canal N que el Gobierno ha cumplido con una responsabilidad y una deuda pendiente con las ciudadanas, desde que se despenalizó el aborto terapéutico en el Código Penal en 1924.
Omonte explicó que la guía pretende estandarizar un servicio que ya se venía ofreciendo en 15 hospitales del Perú y pidió que "tiene que quedar bastante claro" que no se trata de autorizar el aborto a nivel general.
"Creo que lo que cuenta ahora es mirar hacia adelante, seguir informando y educando a nuestra población, fundamentalmente en valores y principios", opinó la ministra.
Respecto a las reacciones contrarias al protocolo del arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, Omonte confió en tener la ocasión de reunirse con él para conversar sobre el tema.
Cipriani dijo este sábado, durante su programa radial, que "siempre existe una manera médica de salvar a la madre y al hijo", tras pedir a las mujeres que no permitan "que les hagan firmar la muerte de sus hijos".
El cardenal valoró que esta decisión del ministerio de Salud "tiene mucho que ver con la presión internacional de instituciones que están imponiéndoles esta guía de manera imperialista" y acusó al mandatario Ollanta Humala de haberlo engañado durante la campaña presidencial de 2011, al prometerle que no aprobaría el protocolo.
La Conferencia Episcopal Peruana declaró, en abril último, que "con el avance de la medicina actualmente no existe ninguna patología de las contenidas en el PAT (protocolo de aborto terapéutico) que no pueda atenderse con un tratamiento que permita un resultado satisfactorio para las dos vidas, la de la madre y la del niño".
La ministra de Salud, Midori de Habich, explicó este sábado que el aborto terapéutico no es aplicable en casos de violación sexual ni cuando la paciente sufra de enfermedades congénitas.
"El aborto ilegal es penado por ley y constituye un problema de salud pública", remarcó.
De Habich citó, entre los casos en que se puede proceder con el aborto, al embarazo ectópico tubárico y en el ovárico cervical (cuando el feto crece fuera del útero), cuando la gestante sufre de cáncer maligno que requiera tratamiento quirúrgico, radioterapia o quimioterapia.
Asimismo, cuando la gestante sufre de hipertensión arterial crónica severa, cardiopatía congénita, insuficiencia respiratoria severa o padece de diabetes mellitus avanzada con daño de órgano blanco.
De Habich dijo que en Perú se presentan entre 15 y 20 de estos casos anualmente.
Algunos médicos, como el especialista en bioética Paul Ramos, opinan que esta decisión es "una puerta que permitiría cualquier tipo de aborto en el país".
"Esto nos podría llevar a decir que un embarazo no deseado puede generar un daño psicológico severo y permanente y así aceptar un aborto", declaró Ramos al diario El Comercio.
Según cifras dadas a la prensa por el presidente de la Federación Médica Peruana, Jesús Bonilla, actualmente se realizan 400.000 abortos al año, en forma clandestina e ilegal.
La directora de la organización Promsex (Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos), Susana Chávez, aclaró que el aborto terapéutico "no modifica la legislación, lo único que hace es actuar en los casos donde la ley lo permite", como es darle prioridad a la vida de la mujer, en caso de que la gestante y el niño estén en peligro de muerte.
"Ahora viene todo un desafío para la aplicación de la guía técnica en los centros de salud. Pero este protocolo es un gran avance para la mujer", afirmó.