Desde el atentado terrorista contra el Pentágono y las Torres Gemelas, el mundo ha cambiado.
Tras el ataque del 11 de septiembre de 2001 el mundo entró a la era de la “guerra contra el terrorismo”. El objetivo era destruir las redes de Al Qaeda y lo que comenzó con una acción militar contra el régimen talibán en Afganistán, siguió con la guerra en Irak y se ha extendido hasta el día de hoy con numerosas ramificaciones. Esto, más allá de que el 2 de mayo de 2011, fuerzas especiales estadounidenses dieran muerte al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, en una criticada operación en Pakistán.
Entre tanto, Siria se sumergió en una guerra civil, que comenzó con masivas protestas contra el régimen de Bashar al Assad en el marco de la primavera árabe. El conflicto en Irak resurgió, esta vez impulsado por la milicia radical Estado Islámico. A quince años del 11 de septiembre en Nueva York, precisamente EI se ha convertido en el mayor grupo terrorista del planeta.
El mundo se ha visto envuelto en una maraña de acciones y reacciones, donde ha aumentado la islamofobia, sentimiento impulsado en parte por la crisis de los refugiados y del que ha sacado partido la extrema derecha europea.
Acá pasamos revista a algunos de los atentados más graves de los últimos 15 años:
España. Las explosiones que afectaron a los trenes de cercanías de Madrid el 11 de marzo de 2004 fueron los primeros atentados de gran calibre que los islamistas radicales perpetraron en Europa Occidental. En medio del tráfico en la hora punta estallaron diez bombas, matando a 191 personas y dejando a más de 1.800 heridas. Al Qaeda se atribuyó el ataque.
Reino Unido. El 7 de julio de 2005 se inmolaron casi simultáneamente cuatro terroristas en buses y en el Metro de Londres, causando la muerte de 52 personas y dejando 700 heridos.
Francia. El primer ataque de grandes dimensiones afectó a la revista satírica Charlie Hebdo. El 7 de enero de 2015, dos atacantes ingresaron a la redacción, en París, y dieron muerte a 12 personas. Luego, una toma de rehenes en un supermercado sumó otras cuatro víctimas fatales. Pocos meses más tarde, el 13 de noviembre de 2015, una serie de ataques contra bares, restaurantes y una sala de conciertos en la capital francesa dejó 130 muertos y cerca de 350 heridos. Estado Islámico se hizo responsable de estas acciones.
El 14 de julio de 2016, día de fiesta nacional en Francia, un radical islamista atropelló con un camión a una multitud de personas, matando a 86 de ellas.
Bélgica. El 22 de marzo de 2016, varias bombas explotaron en el metro y el aeropuerto de Bruselas, matando en total a 38 personas. Ya en mayo de 2014, un combatiente retornado de Siria disparó dentro del Museo Judío de Bruselas, abatiendo a cuatro personas. Desde hace años las fuerzas de seguridad belgas se encuentran en estado de alerta máxima. El barrio de Molenbeek, en la capital, se ha erigido en una especie de semillero terrorista. Desde allí se organizaron los ataques contra París.
Turquía. Debido a la guerra civil en la vecina Siria, la seguridad en Turquía se ha deteriorado. El Estado Islámico aterroriza cada vez de forma más frecuente al país. El ejemplo más reciente: un atentado suicida en un matrimonio el 20 de agosto de 2016 en el sudeste turco, donde al menos 54 invitados fallecieron.
Casi dos meses antes, el 28 de junio, presuntos miembros de EI atentaron en el aeropuerto de Estambul, causando la muerte de 45 personas e hiriendo a más de 200. En marzo de 2016 un suicida se hizo explotar en una de las calles más concurridas de Estambul, matando a cuatro turistas. Esa acción también fue reivindicada por EI, así como la del 12 de enero, cuando un terrorista suicida mató a 12 turistas alemanes. Casi un año antes, en octubre de 2015, una explosión mató a más de 100 personas en una manifestación contra el gobierno de Erdogan, en Ankara. También se sospecha que esa acción fue obra del Estado Islámico.