Ultraconservador, antiabortista y cristiano evangélico, los años en el Capitolio de Mike Pence -además de su experiencia como gobernador- son vistos en el Partido Republicano como un equilibrio ante la verborragia e inexperiencia política del actual presidente de Estados Unidos.
Ultraconservador, opositor a mejorar los derechos de la comunidad homosexual, antiabortista, cristiano evangélico y férreo defensor del achicamiento del Estado. La enumeración describe parte del pensamiento del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, un republicano hecho y derecho (y de derecha), que está de visita en Argentina.
Abogado y ex locutor de radio, fue líder republicano en la Cámara de Representantes entre 2001 y 2013, lo que le ofrece a Donald Trump un comportamiento menos polémico y un manejo de las relaciones en el Parlamento y al interior del partido. Temas no menores teniendo en cuenta la verborragia oral y tuitera del presidente y la revolución interna que fue su candidatura por su inexperiencia en la política.
Michael Richard "Mike" Pence, mismos nombres que su abuelo, señaló en una entrevista que se involucró en la política por figuras como el ex mandatario John F. Kennedy y el activista por los derechos civiles Martin Luther King. Incluso señaló que en 1980 votó Jimmy Carter, símbolo moderno del Partido Demócrata y reconocido por su lucha a favor de los derechos humanos.
Pero en la década del 80 su pensamiento político viró hacia el conservadurismo al empezar a identificarse con el entonces presidente Ronald Reagan y sus creencias religiosas también viraron al conocer a su actual esposa Karen, con quien tiene tres hijos, en una iglesia evangélica.
"Soy cristiano, conservador y republicano, en ese orden", se autodefinió Pence, de 58 años cumplidos el mes pasado, que entre 2001 y 2013 como miembro de la Cámara de Representantes encabezó batallas que lo colocaron en el centro de atención de los conservadores sociales: votó por el recorte de impuestos, por el achicamiento del gobierno federal, por una política de defensa fuerte y una política social conservadora.
Durante sus años en el Congreso impulsó las rebajas fiscales a las corporaciones para impulsar la inversión, aunque votó a favor de todos los tratados de libre comercio que se propusieron.
En 2006 Pence promovió un plan para cerrar la frontera entre países vecinos. En ese plano, también propuso enviar a todos los indocumentados de vuelta a su país e instaurar un programa de trabajadores destinado a llevar fuerza de trabajo a Estados Unidos durante un período de entre tres y cinco años.
Tras doce años de experiencia en el Capitolio se convirtió en gobernador de Indiana en 2013, cargo que ocupó por cuatro años, y desde ese puesto firmó una ley que permite negarle servicios a las personas homosexuales por motivos religiosos, que por la presión debió ser modificada.
Otra ley por la que fue muy criticado es una que prohíbe el aborto -legal en todo el país desde 1973- en casos de discapacidad, raza o genero del feto y, a principios de este año se convirtió en el primer vicepresidente en encabezar la marcha anual anti abortista que se realiza en Washington.