El candidato, que fue la sorpresa en la primera vuelta de los comicios presidenciales, ha prometido desactivar el Tribunal Constitucional porque afirma que defiende "la gran corrupción" y hace unos días sostuvo que si llega a ser presidente cerraría el Congreso si este no acepta sus planes.
Lima. El profesor y candidato de extrema izquierda Pedro Castillo emergió en dos semanas en las encuestas y ahora tiene la opción de llegar a la presidencia de Perú, en un avance que ninguno de sus rivales vaticinaron en la impredecible escena política local.
Castillo, de 51 años, fue la sorpresa en la primera vuelta de los comicios presidenciales de Perú, un país con votantes decepcionados de sus políticos tradicionales por una recurrente crisis de gobernabilidad, casos de corrupción contra sus últimos seis jefes de Estado y el colapso de la economía por el brote del coronavirus.
El candidato ha prometido desactivar el Tribunal Constitucional porque afirma que defiende "la gran corrupción" y hace unos días sostuvo que si llega a ser presidente cerraría el Congreso si este no acepta sus planes, aunque después se moderó diciendo que su decisión pasa por la aprobación de la población.
Pero Castillo es muy conservador en lo social y rechaza legalizar el aborto, el "enfoque de género" en la educación y ha sido reacio en reconocer los derechos de las minorías sexuales.
El candidato nació en el pequeño poblado andino de Puña, en la norteña provincia de Chota, donde sus residentes acostumbran usar un sombrero de ala ancha, como Castillo utilizaba en sus giras y hasta en el único debate presidencial.
El también líder sindical, que llegó a sufragar el domingo montado en un caballo en la norteña región andina de Cajamarca donde reside, ha reunido el descontento de muchos peruanos pobres, sobre todo del interior del país, históricamente olvidados del centralismo de la capital, según analistas.
Entre sus promesas de una tímida campaña destacaron la redacción de una nueva Constitución para debilitar a la elite empresarial y dar al Estado un rol más dominante en la economía.
Asimismo, ha prometido acabar con la corrupción que ha salpicado a los últimos presidentes de Perú, reducir el sueldo de los funcionarios públicos y renegociar contratos con las empresas extractivas para obtener más beneficios para la población. Perú es el segundo mayor productor mundial de cobre.
"Se ha dicho que solo los politólogos o los que tiene grandes pergaminos pueden conducir un país, y han pasado décadas, lustros y miren cómo han dejado el país", dijo el domingo Castillo tras recibir los primeros resultados de la votación.
Castillo representa al partido Perú Libre, una agrupación liderada por el exjefe de la región andina de Junín, Vladimir Cerrón, un controvertido político que fue suspendido de su cargo por una condena penal acusado de aprovechamiento de su cargo.
El candidato se hizo conocido en la escena nacional en el 2017 tras liderar una huelga de profesores de casi tres meses en reclamo de aumento de sueldos para los maestros. Ahora en su campaña ha prometido aumento para los docentes públicos.
"Quisiera saludar a los pueblos más olvidados de mi patria, saludar a los hombres y mujeres que están en el ultimo rincón del país, saludar a quienes están allá en las fronteras de la patria donde no hay presencia del Estado", dijo Castillo. "Hoy al pueblo peruano se le acaba de quitar la venda de los ojos".